Mientras, en el norte, los kurdos abandonan las ciudades y se refugian en las montañas a la espera de un inminente ataque militar de Estados Unidos y Gran Bretaña para derrocar al presidente Saddam Hussein.
Las calles de la capital iraquí quedaron desiertas después de que los ciudadanos salieran en un último raid de compras para almacenar bienes esenciales, ante el temor de que falten apenas horas para el inicio de la guerra.
Muchas familias asustadas partieron hacia otras ciudades, como Mossul, 450 kilómetros al norte de Bagdad, mientras las misiones diplomáticas y los extranjeros también salían de la capital. (Télam-SNI)