De acuerdo con Michel, el Ejército colaborará con los servicios policiales para "garantizar la protección y la seguridad en el país" de forma temporal y el número de militares que podrían participar en esta labor ascendería a unos 150.
Las medidas contenidas en el plan son de carácter penal, administrativo y protocolario, explicó el jefe de gobierno, acompañado de varios ministros.
El listado de medidas incluye la retirada del pasaporte o documento a los sospechosos de terrorismo, la negativa a otorgarles pasaporte y la ampliación de las posibilidades de retirada de la nacionalidad.
Además, se ampliará la lista de infracciones en el código penal, que incluirá figuras como la "incitación al terrorismo", el "reclutamiento" y el "entrenamiento de sospechosos de terrorismo".
Bélgica plantea igualmente activar el mecanismo previsto por la ley para identificar a personas implicadas en la financiación del terrorismo y cuyos activos serán congelados, y revisar la circular sobre "Combatientes Extranjeros" de septiembre pasado.
Este refuerzo en la seguridad está fuertemente vinculado al "operativo antiterrorista" lanzado ayer por la policía en tres ciudades belgas, en el que mató a dos sospechosos e hirió y detuvo a un tercero, que habían vuelto de Siria y "estaban a punto de cometer atentados de envergadura", según informó la Fiscalía federal.
Además, un hombre se entregó ayer a la Policía, luego de ser sindicado por las autoridades como la persona que le vendió armas a Amedy Coulibaly, el hombre que mató a una policía y un día después mató a cuatro rehenes en un supermercado judío en París.
Esta mañana, el viceprimer ministro y titular de Asuntos Exteriores de Bélgica, Didier Reynders, había informado sobre el fin de "las operaciones sobre el terreno" y anticipó que analizarían los datos obtenidos para luego decidir qué medidas tomar.
"Se han desmantelado varias células terroristas cuyo objetivo era matar a policías", indicó Thierry Werts, de la Fiscalía federal durante una conferencia de prensa en Bruselas.
Por su parte, el portavoz de ese órgano, Eric Van der Sypt, precisó en la misma conferencia de prensa que la Policía federal y las unidades antiterroristas "realizaron en la tarde de ayer 12 intervenciones" en Verviers y en la región de Bruselas (Anderlecht, Molenbeek y Schaerbeek y Halle-Vilvorde).
Los detenidos habrían planeado atentados de envergadura y de manera inminente, en "horas" contra la Policía, según los medios locales.
La mayoría de las comisarías de Bruselas aumentaron la protección y bloquearon el acceso de vehículos en las inmediaciones, informó la agencia de noticias EFE.
De acuerdo con otras fuentes, en una operación efectuada anoche en Verviers, en la provincia de Lieja, las fuerzas de seguridad incautaron cuatro fusiles Kalashnikov, material para fabricar bombas y hallaron en la vivienda uniformes de la Policía.
Desde hace un año, Europa teme que alguno de los cientos de jóvenes que viajaron a Siria o Irak a sumarse a la lucha de milicias islamistas radicales vuelvan a sus países de origen para cometer un atentado.
El gobierno belga estima que alrededor de 400 de sus ciudadanos ya viajaron a dichos países para unirse al Estado Islámico, un grupo que en el último año tomó el control de más de un cuarto del territorio de esos dos países y provocó una nueva ofensiva militar internacional en la región, encabezada por Estados Unidos.
El temor europeo a la vuelta de estos combatientes creció exponencialmente después del atentado de la semana pasada contra el semanario satírico francés, Charlie Hebdo, y la ola de violencia que provocó y dejó 20 muertos, entre ellos tres atacantes.
Fuente: Télam