Esta operación, sin embargo, tardará varios días en comenzar, ya que la instalación de la campana llevará algunos días y nunca fue probada en alta mar. "Si todo se realiza de acuerdo a los planes, deberíamos comenzar a procesar el fluido y detener el derrame a partir del lunes", señaló Doug Suttles, jefe de operaciones de BP, quien agregó que se trata de una operación "muy compleja y probablemente haya desafíos".
Técnicos de la petrolera lograron ayer sellar una de las tres fugas por las que se filtra crudo, lo que se espera facilite la instalación de una estructura de acero. Tanto BP como la Guardia Costera estadounidense siguen insistiendo en que el taponamiento no detendrá el flujo total de petróleo, que se estima ronda los 800.000 litros diarios, más de 5.000 barriles de crudo, aunque expertos de la industria petrolera advierten que el derrame podría superar los 40.000 barriles (6,4 millones de litros) diarios.
La propia petrolera admitió que el derrame está fuera de control y es imposible cuantificar las toneladas de combustible que está liberando la plataforma hundida cada día. En 13 días podría superar al provocado en 2002 por el buque Prestige en Galicia, que fue de 77.000 toneladas.
La mancha está cada vez más cerca de las costas de Luisiana, a merced del viento y las corrientes marinas. La directora del Servicio de Guardacostas, contralmirante Mary Landry, informó que el exterior de la mancha negra estaba el miércoles por la noche "muy cerca" de las islas Chandeleur y el delta del río Misisipi, en el sudeste de Luisiana.
El tiempo previsto para los próximos días será favorable para los miles de voluntarios que ya están movilizados en las costas de Alabama, Florida, Misisipi y Luisiana. Las autoridades locales continuarán hoy instalando barreras flotantes minimizar el impacto del derrame.
La marea de crudo amenaza no sólo el hábitat de centenares de especies terrestres y marinas de los estados de Luisiana, Misisipi, Florida y Alabama, sino también sus industrias pesqueras y turísticas en lo que el gobierno del presidente Barack Obama calificó como una catástrofe nacional.
Fuente: Télam-com.ar