"Hace seis meses nuestra preocupación se centraba en los jóvenes. Pero un análisis más reciente de las agencias nacionales de seguridad apunta al aumento de chicas que salen del país para unirse también a la lucha", detalló Brandis.
Según el fiscal general, "la población australiana debería ser consciente de que se trata de un problema real y cada vez mayor".
Los australianos estrenaron este mes una legislación antiterrorista más dura que concede amplios poderes a las cuerpos de seguridad para -entre otras cosas- vigilar a las personas que viajan para convertirse en yihadistas y las que regresan luego de haber participado con el EI en el conflicto en Siria e Irak.
Australia se vio sacudida -en el pasado mes de diciembre- por el secuestro en una cafetería de Sidney protagonizado por un nacional de origen iraní, que concluyó con la muerte de dos rehenes y el secuestrador.
Fuente: Télam