Médico, de 59 años, fundador de Tekojojá, el partido base de la candidatura del ex presidente Fernando Lugo en el 2008, el dirigente consideró que al FG le corresponde "usar al Parlamento como una tribuna de denuncia, pero también de iniciativas que apunten a lograr un identidad" propia, que "exprese necesidades políticas y sociales, aún reconociendo las dificultades para que puedan avanzar".
Destacó, en esa línea, la conformación de un bloque legislativo con grupos de los que el FG fue separado en las elecciones del 2013, pero con los que ahora "se encontró un programa básico para trabajar en líneas compartidas".
En una entrevista que concedió a la agencia Télam, Carrillo volvió sobre la idea de que el "golpe parlamentario" del 2012 contra Lugo fue "parte de una estrategia política de los sectores dominantes que habían visto un resquebrajamiento de ese sólido control del Estado que tuvieron durante muchos años".
"La alianza conservadora avasalla todo control, toda justicia social. Es un problema estructural que viene como proyecto desde la Guerra de la Triple Alianza. Hay un incesto entre la oligarquía paraguaya y el gran capital transnacional", alertó el dirigente, a quien algunos analistas guaraníes señalan como seguro candidato a presidente en el 2018.
Para Carrillo, la administración del presidente Horacio Cartes -que lleva poco menos de un año- "expresa un liberalismo que se manifiesta claramente en sus primeras medidas, así que no hay sorpresa".
Enumeró entonces el recorte fiscal, la Ley de Alianza público-privada y los poderes extraordinarios que el Congreso le otorgó a Cartes para dejar participar a las Fuerzas Armadas en cuestiones internas como lo elementos centrales de ese proyecto.
"Hay recortes en salud, en educación, en planes sociales. Y la alianza tiene una expresión brutal en la entrega de soberanía y en el nulo riesgo para los capitales que vengan, inclusive en áreas claves. Y, finalmente, Cartes asume poderes extraordinarios a través de una ley inconstitucional, porque lo que se permite para las FFAA choca con la Constitución", observó.
Cuestionó además la "garantía" que el Estado paraguayo otorga a capitales de inversión a partir de la alianza público-privado. "A quien venga a poner plata, el Estado se la va a garantizar, salga o no salga su negocio. Y esto se complementa con la idea de aumentar la deuda externa, cuando la deuda actual es razonable", advirtió.
Carrillo denunció además la existencia de "un sistema con tradición de partidos con mucho peso, vueltos estructuras sólidas, eficientes en términos de control social", a partir de mecanismos como "el prebendarismo y la dependencia de la gente para recibir servicios básicos".
"No hay mucha diferencia entre colorados y liberales. La contracara es la debilidad de los sectores progresistas y de izquierda, que tuvieron un enorme retroceso durante la dictadura.
Tuvieron éxito electoral con Lugo, pero se trataba de una acumulación todavía insuficiente, y no pudo consolidarse una fuerza que haga frente al golpismo ni a las elecciones", reconoció el dirigente del FG.
Carrillo juzgó que "como autocrítica, hay que decir que la actuación post-golpe (del 2012) fue débil, porque se debió actuar más decididamente".
Tras la denominada Masacre de Curuguaty -el violento operativo para desalojar una hacienda ocupada por campesinos-, Lugo fue destituido por el Congreso en un juicio político exprés, con el voto de liberales, colorados y oviedistas, y en su lugar asumió el entonces vice, Federico Franco.
Para el secretario de la coalición centroizquierdista, el FG debe "darse una política parlamentaria que exprese las necesidades de las mayorías, construir un frente mayor con organizaciones que generen movilización y conciencia y ampliar la llegada a otros sectores sociales, para buscar políticas de unidad".
"Y también -completó- hay que desarrollar una estructura y un aparato electoral, porque lo electoral sigue siendo un capítulo decisivo en las coyunturas. Tenemos un gran retraso, así que hay que avanzar en eso".
Fuente: Télam
