Noboa declaró abierta la Capilla del Hombre, el máximo sueño del artista ecuatoriano Oswaldo Guayasamín, llamado el pintor de Iberoamérica, quien diseñó el museo y dirigió su construcción hasta cuando le sorprendió la muerte, el 11 de marzo de 1999 en Estados Unidos.
El mandatario ecuatoriano también se encargó de encender la Llama Eterna por los Derechos Humanos, que arde en el núcleo de la edificación construida en el barrio de Bellavista, en el noreste de Quito.
"Aquí, en Quito, en la mitad del mundo, está la llama que arde en nuestros corazones", expresó Noboa.
Castro, a su vez, se encargó de cortar la cinta colocada en la entrada al museo, y entregó un pedazo al jefe de Estado anfitrión y se quedó con otro que guardó en uno de sus bolsillos.
Previamente, Castro y Chávez coincidieron frente a la tumba que guarda las cenizas del mariscal de Ayacucho, el venezolano Antonio José de Sucre, héroe de la Independencia de Ecuador.
Castro y Chávez se encontraron también en la Catedral Metropolitana de Quito, y en compañía del cardenal primado y arzobispo de Quito, monseñor Antonio González, compartieron un diálogo de unos veinte minutos.
Empero, no trascendió lo tratado porque el diálogo se desarrolló alejado del público y de los periodistas.
Chávez, por su parte, al arribar a Quito aseguró hoy que el presidente electo de Ecuador, Lucio Gutiérrez, "tiene su perfil propio", aunque reconoció que "hay alguna semejanza entre los dos: somos soldados, estuvimos presos y hoy somos presidentes".
El presidente venezolano dijo tener similitudes con el jefe de Estado electo de Ecuador, el ex coronel Lucio Gutiérrez, pero reiteró que cada uno tiene su personalidad.
"Chávez es Chávez. A mí también me dijeron en una época y todavía algunos me tratan de decir el Fidel de Venezuela. Pero Fidel es Fidel, Hugo es Hugo, Lucio es Lucio", dijo a los periodistas.
El mandatario dijo también que el siglo XX fue perdido para América Latina y que debe ahora emprender de nuevo el rumbo de la unidad que buscaba el libertador Simón Bolívar y aseguró que no se trata de hablar sobre un eje de izquierda en Latinoamérica "porque no se trata de izquierda ni derecha".
"El momento no creo que sea de izquierda ni derecha; creo que hay un momento de retomar los viejos caminos de Sucre, de Bolívar, una América Latina que vuelve sobre sus propios pasos porque perdió el rumbo. El siglo XX fue un siglo perdido para nuestro continente", indicó.
El alcalde de Quito, general retirado Paco Moncayo, se encargó de dar la bienvenida al selecto grupo de invitados al acto, presidido por Noboa, quien estuvo flanqueado por Castro (a su derecha) y Chávez (izquierda).
En su discurso, el burgomaestre calificó al líder cubano de "figura mítica de América" y se refirió a Chávez como el "presidente de la hermana República de Venezuela".
Castro era amigo personal de Guayasamín, quien durante su vida no tuvo inconvenientes en afirmar: "No soy comunista, no soy socialista, soy fidelista", por Fidel Castro.
La Capilla del Hombre, un enorme complejo arquitectónico cultural, ocupa alrededor de 15 mil metros cuadrados y demanda una millonaria inversión, que en principio ha sido captada principalmente a través de donaciones de personas, instituciones y países.
Su construcción se inició en mayo de 1995 y se llevan gastados alrededor de seis millones de dólares. En su interior se evoca el destino de toda América Latina, desde México hasta Tierra del Fuego.
A la inauguración, realizada al culminarse la primera de cuatro etapas de la construcción, también asistieron personalidades como Danielle Mitterrand, la viuda del ex presidente de Francia, Francois Mitterrand, el argentino Adolfo Pérez Esquivel, Premio Nobel de la Paz, y representantes de organismos internacionales como la UNESCO, que catalogó la obra de Guayasamín como un proyecto cultural prioritario de la humanidad. (Télam-SNI)
