"Reitero que cualquiera de los supuestos procedimientos judiciales tomados por Japón contra el capitán chino es ilegal e inválido", añadió la nota.
Pekín reacciona así, por ahora, al anuncio por parte de Tokio, pocas horas antes de la liberación del marinero chino Zhan Qixiong, cuya detención durante dos semanas ha puesto contra las cuerdas la siempre frágil relación entre China y Japón.
La liberación de Zhan se produce poco después de que China anunciara investigaciones por posible espionaje militar contra cuatro ciudadanos japoneses, en una aparente represalia contra Japón por semanas de negativa a liberar al marinero pese a las continuas presiones chinas.
Los cuatro japoneses, según los medios de su país trabajadores de la empresa Fujita, son investigados por tomar imágenes en una zona militar en Shijiazhuang (norte de China), y según Japón están retenidos por las autoridades chinas, extremo que Pekín se niega a confirmar, eludiendo hablar de "detención".
Tokio y Pekín atraviesan un tenso momento de relaciones desde el pasado 7 de septiembre, cuando un barco pesquero chino chocó con dos guardacostas japoneses cerca del diminuto archipiélago de Diaoyu-Senkaku, administrado por Japón pero reclamado por China desde hace décadas.
Un día después, la tripulación del pesquero fue detenida y llevada ante las autoridades japonesas, que liberaron a 14 de los tripulantes pocos días después pero retuvieron al capitán hasta hoy.
La detención de los cuatro japoneses no fue la primera medida de presión de China contra Japón para forzar la liberación del capitán Zhan.
A finales de la semana pasada, Pekín anunciaba la suspensión de todos los contactos de alto nivel entre ambos países, lo que impidió, por ejemplo, que los primeros ministros de las dos potencias asiáticas mantuvieran un encuentro esta semana en el seno de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Prácticamente todas las visitas oficiales de cualquier nivel entre los dos países se han suspendido y la agencia Xinhua advertía en una nota que el actual conflicto iba también a conllevar una caída del turismo chino a Japón.