"Hoy, el pueblo de Guanacaste, que es el pueblo de Costa Rica, se ha unido para exigirle respeto al presidente Daniel Ortega", dijo la mandataria, según reprodujo la agencia noticiosa EFE.
"Esta voz que hoy ha vibrado en Nicoya es la voz de todos, también la mía; es la voz de nuestra integridad territorial, de nuestra soberanía, de nuestro derecho a vivir en paz", agregó.
La manifestación, a la que asistieron miles de habitantes de la provincia, ministros y legisladores nacionales y autoridades provinciales, transcurrió pacíficamente e incluyó, al final del recorrido, la celebración de un cabildo abierto en el que los presentes ratificaron su pertenencia a Costa Rica.
Guanacaste, en el extremo noroeste de Costa Rica, tiene una superficie de 10.140,7 kilómetros cuadrados, equivalentes a 19,8 por ciento del territorio total del país.
Nicoya, a 275 kilómetros al noroeste de San José, es la capital del cantón homónimo y el mismo sitio donde el 25 de julio de 1824 se decidió la anexión a Costa Rica de la actual provincia Guanacaste -entonces partido de Nicoya-, precisamente en un cabildo abierto.
Hasta entonces, la zona no había pertenecido ni a Costa Rica ni a Nicaragua, ni durante la colonia ni durante el proceso de independencia.
Los límites entre ambos países quedaron establecidos en el tratado Cañas-Jerez, suscripto en 1858.
Sin embargo, Ortega dijo el 13 de este mes que no descartaba acudir a la Corte Internacional de Justicia (CIJ) para reclamar la soberanía sobre Guanacaste pues, según él, ese territorio fue "cedido" por Nicaragua a Costa Rica.
Esa declaración agregó tirantez a una relación bilateral ya tensa desde 2010, cuando Costa Rica acusó a Nicaragua de haber invadido una pequeña porción de su territorio en el otro extremo de la frontera común.
El mismo martes 13, de hecho, San José había acusado ante el Consejo de Seguridad de la ONU a Managua de haber intentado "distorsionar" una reciente resolución de la CIJ que rechazó peticiones de ambos países para ampliar medidas cautelares y los exhortó a evitar tensiones que agraven la disputa.
En ese contexto, el canciller de Costa Rica, Enrique Castillo, anunció este lunes el cierre de la nueva sede consular en Managua, luego de que su acceso fuera bloqueado por vecinos armados de piedras y palos, bajo el argumento de que la legislación no permite instalar oficinas en ese barrio.
Castillo afirmó que la medida se mantendría hasta que cese la violencia en Nicaragua hacia los costarricenses, que, sostuvo, "es culpa de declaraciones del presidente Daniel Ortega que atizan la xenofobia".
Fuente: Télam