En las reuniones de mañana se revisarán planes de seguridad destinados a contener la acción de bandas armadas irregulares y de narcotraficantes, por un lado, así como eventuales controles cambiarios por parte de Colombia para detener lo que Venezuela afirma que representa un "ataque" a su moneda.
"En Venezuela se presenta una grave situación que representa el paramilitarismo, el narcotráfico, el contrabando de productos, medicina y combustible; nosotros estamos apostando a una nueva frontera de paz, pero principalmente una frontera de legalidad", dijo Rodríguez.
"Solamente el respeto al derecho en la frontera nos permitirá construir una relación de paz, convivencia y coexistencia pacífica", agregó la funcionaria.
Santos y Maduro conversaron ayer por primera vez desde que el 19 de agosto pasado la relación bilateral entrara en crisis por la decisión de Venezuela de cerrar la frontera común.
"Fue una reunión buena, positiva para los dos países, donde hubo un diálogo franco y directo, donde cada uno dijo su verdad de cómo ve no solo la crisis sino los problemas estructurales y la relación en general, y eso ayuda a abrir camino, a ver soluciones y a respetarse cada uno", afirmó esta mañana la canciller colombiana, María Ángela Holguín.
Holguín fue testigo del encuentro junto a Rodríguez y a los cancilleres de Ecuador, Ricardo Patiño, y Uruguay, Rodolfo Nin Novoa.
"Fue muy cordial; todos llegaron haciendo chistes, el presidente Tabaré Vázquez, que llegó primero, y todos los demás; no les puedo contar los chistes, pero fue muy cordial", describió Patiño anoche, poco después de que finalizara el encuentro.
"Ustedes imaginarán que en el primer momento había que bajar el hielo que había; el presidente Correa y el presidente Tabaré intervinieron, comentaron; nosotros, los cancilleres ,hicimos algunos comentarios favoreciendo el inicio del diálogos, pero luego ya, entre los dos (Santos y Maduro), con nuestra compañía tuvieron un diálogo muy cordial y muy frontal", agregó Patiño.
Venezuela cerró la frontera el 19 de agosto, tras un incidente que dejó cuatro heridos en la ciudad limítrofe San Antonio del Táchira, y que Caracas atribuyó a "paramilitares colombianos".
En los días siguientes, Maduro decretó el estado de excepción -que suspende las garantías constitucionales- en 23 municipios fronterizos de los estados Táchira, Zulia y Apure.
Paralelamente, Venezuela deportó a 1.482 ciudadanos colombianos y otros 19.952 regresaron a su país por temor a represalias -según datos de la ONU-, lo cual causó una crisis humanitaria, de acuerdo con el gobierno de Colombia y organismos internacionales.
En ese contexto, Colombia denunció la invasión de su espacio aéreo por aviones militares venezolanos en tres ocasiones, un avión de la Fuerza Aérea de Venezuela se estrelló cerca de la frontera mientras perseguía una aeronave supuestamente de narcotraficantes y dos indígenas colombianos fueron asesinados a balazos, presuntamente por militares venezolanos.
Fuente: Télam