Benedicto XVI celebró la misa desde un púlpito con forma de mitra papal, armado de estructuras metálicas y flanqueado por gigantescos machetes (símbolo de la lucha por la independencia cubana) y el monumento ecuestre del mulato Antonio Maceo, una de las figuras más importantes de las Guerras de Independencia en el siglo XIX.
Ante la frase de protesta algunos de los asistentes a la misa agarraron al hombre y lo golpearon por sus acciones. A pesar del incidente, los preparativos para la misa que Benedicto XVI presidiría, continuaron sin interrupciones.