Las cantidades son menores a las que se temían, lo que en cierta medida constituye una noticia tranquilizadora mientras la economía de Estados Unidos sigue frágil.
Sin embargo, los costos de largo plazo de Irene se incrementarán a medida que las zonas que devastó el temporal resientan la pérdida de negocios, los reclamos de seguros, el desplazamiento de trabajadores y los trastornos del transporte. El cálculo de todos estos costos tardará meses.
De acuerdo con el cálculo preliminar de Kinetic Analysis, con oficinas centrales en Silver Spring, Maryland, los daños asegurados fueron mucho menores a los 6.000 millones de dólares que pagó el sector tras los estragos que causó el huracán Isabel en la Costa Este en 2003.
Fuente: 26noticias.com.ar