Los enfrentamientos del miércoles y jueves, entre policías y militares, causaron 30 muertos y unos 100 heridos, muchos de ellos manifestantes que salieron a las calles para protestar contra un nuevo impuesto de 12,5 por ciento a los sueldos acordado con el FMI pero que el Gobierno, finalmente, revocó.
"Se ha gestado en las últimas horas un golpe contra la democracia que, afortunadamente, fue evitado por fuerzas patrióticas como la Policía y Fuerzas Armadas", dijo el vocero presidencial, Mauricio Antezana.
Pero la Central Obrera Boliviana (COB) lanzó un paro de 48 horas para el lunes y martes y reclamó nuevamente la renuncia del presidente Sánchez de Lozada. (Télam-SNI).-