El legislador detalló además que para el cumplimiento del plan "se habla" de la incursión de más de 400 hombres a Venezuela que llegarían desde Colombia por el estado fronterizo de Zulia y que, además, los magnicidas, "tienen más de dos millones y medio de dólares recolectados para esta operación".
"¿Quién está detrás de esta operación? Posada Carriles, a nadie debe sorprenderle. ¿Quién es el vínculo en Bogotá donde se han hecho más de tres reuniones? El expresidente colombiano Uribe, ligado al narcotráfico, ligado al paramilitarismo en Colombia", se preguntó y respondió Cabello.
Según recogen las agencias Ansa, EFE y Prensa Latina, el diputado explicó que la idea era actuar el 24 de julio, pero la denuncia ese mismo día de los supuestos planes frenó la operación.
"Esa operación cayó por algunas delaciones que hubo internas y por unas medidas que nosotros tomamos; se contrarrestó", contó Cabello, que, no obstante, dio por hecho que los presuntos magnicidas "siguen con sus planes".
El ministro de Interior, Miguel Rodríguez, dijo a su turno que el grupo que está detrás de las maniobras tuvo varias reuniones desde principios de abril, no sólo en Colombia y Miami, sino también en Panamá.
Los datos están consignados en la Operación Carpeta Amarilla, de la inteligencia venezolana, y registra reuniones en Bogotá, Medellín, Ciudad de Panamá y Miami.
A estas reuniones, que se iniciaron supuestamente con la idea de crear desestabilización en Venezuela antes de las elecciones del 14 de abril, habrían asistido Uribe, un "lugarteniente" de Posada Carriles, llamado Eduardo Macaya, y el expresidente de Honduras Roberto Micheletti.
El ministro señaló a la cadena Telesur que fue durante una reunión que sostuvo el grupo el pasado 8 de mayo en Panamá que se "cambian los planes de desestabilizar por el de matar a Nicolás Maduro" así como realizar "asesinatos selectivos" de algunos integrantes de peso del oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).
A principios de mayo pasado, Maduro acusó a Uribe de ser un "asesino" y de dirigir un plan para matarlo, y denunció que paramilitares estaban intentando entrar en su país con ese fin.
El líder opositor Henrique Capriles calificó de "ridícula" la denuncia de ese supuesto complot, a la que consideró una maniobra "para tratar de distraer al pueblo del desastre de gobierno". "Nadie les cree", escribió Capriles en su cuenta de Twitter.
Al desacreditar la denuncia, Capriles pidió a sus partidarios no distraerse con las "ridiculeces de los enchufados corruptos", como llama a los funcionarios del gobierno.
Fuente: Télam
