En el marco de la 39 Asamblea, en la ciudad hondureña de San Pedro Sula, los cancilleres y representantes de los países miembros del organismo acordaron la resolución 662 que termina con la exclusión de Cuba del organismo, consignaron la Agencia Bolivariana de Noticias, Prensa Latina, Ansa y DPA.
La medida corona la iniciativa de casi la totalidad de los países latinoamericanos y del Caribe que se pronunciaron en todos los foros regionales de los últimos años en favor de revisar la exclusión de la isla, incluso del actual secretario general de la OEA, el chileno José Miguel Insulza.
La resolución, por unanimidad y aclamación, dice que la resolución de 1962 adoptada en Punta del Este, "mediante la cual se excluyó al gobierno de Cuba de su participación en el sistema interamericano, queda sin efecto" en la OEA.
Y agrega: "La participación de Cuba en la OEA será el resultado de un proceso de diálogo iniciado a solicitud del gobierno de Cuba y de conformidad con las prácticas, los propósitos y principios de la OEA".
La decisión toma como antecedente "la apertura que caracterizó el diálogo de los Jefes de Estado y de Gobierno en la Quinta Cumbre de las Américas, en Puerto España", por lo que resalta que "con ese mismo espíritu los Estados Miembros desean establecer un marco amplio y revitalizado de cooperación en las relaciones hemisféricas" En la misma declaración, los cancilleres resaltan "los propósitos y principios establecidos de la OEA contenidos en la Carta de la Organización y en sus demás instrumentos fundamentales relacionados con la seguridad, la democracia, la autodeterminación, la no intervención, los derechos humanos y el desarrollo".
El documento fue leído por la canciller de Honduras, Patricia Rodas, en la sesión plenaria del segundo y último día de Asamblea General del organismo, donde cancilleres y altos representantes de los 34 países participantes aplaudieron largamente el acuerdo alcanzado.
La presidenta de la Asamblea -por ser la canciller del país anfitrión- consideró fuera de la sala de debate que se trató de "una noticia fundamental, histórica", y al mismo tiempo permitió que Cuba "sea desagraviada y nuestros pueblos recuperen su dignidad".
"Estamos empezando una nueva época de fraternidad", afirmó el presidente de Honduras, Manuel Zelaya, al celebrar la resolución.
El canciller de Ecuador, Fander Falconí, declaró al anunciar el entendimiento ante la prensa que de este modo "se ha enmendado un error histórico" y supone "un triunfo de Cuba, de los países latinoamericanos, de los países del ALBA y en general es un beneficio para toda América Latina".
El jefe de la diplomacia de Venezolana, Nicolás Maduro, afirmó en el recinto que el levantamiento de la expulsión de Cuba es "una reivindicación" del ex presidente Fidel Castro y "la dirección histórica de la revolución", y aseguró que "millones" en el continente recibieron la noticia "con felicidad".
El plenario de cancilleres iniciado ayer demandó muchas horas de negociaciones por el tema Cuba y, hasta la madrugada de hoy, presagiaban un fracaso debido a las posturas encontradas en torno a la fórmula a adoptar.
Como parte de ese debate, la secretaria de Estado norteamericana Hillary Clinton intentó condicionar en el reingreso del gobierno de la isla al cumplimiento de Cuba de los preceptos que guarda la Carta Democrática de la OEA.
Por el otro lado, los países miembros de la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA) encabezados por la diplomacia de Venezuela y Nicaragua, reclamaban un retorno sin condiciones para La Habana, además de amenazar con abandonar el organismo sin la participación de Estados Unidos.
Cuba fue expulsada de la OEA en 1962, durante la octava reunión de cancilleres celebrada en la ciudad uruguaya de Punta del Este.
Bajo presión de Estados Unidos, los países del continente aceptaron excluir al gobierno revolucionario, el cual -consideraron- no cumplía con los requisitos democráticos de la región, las mismas reservas presentadas por Washington durante las negociaciones previas a la asamblea.
Pero hoy, es el gobierno de la isla a través de su líder histórico Fidel Castro, y de su presidente, Raúl Castro, el que no demuestra interés en apurar un regreso a la OEA.
El ex presidente cubano advirtió hoy en un nuevo escrito publicado en su país que la isla "no es enemiga de la paz, ni reacia al intercambio o la cooperación entre países de diferentes sistemas políticos, pero ha sido y será intransigente en la defensa de sus principios".
Castro alabó la "batalla" que "es sin duda dura" librada allí por Venezuela, Honduras, Nicaragua y Paraguay, actitud que califica como "proeza de los más rebeldes", y acusó a la OEA de haber sido "cómplice de todos los crímenes cometidos contra Cuba".
"Es ingenuo creer -añadió- que las buenas intenciones de un presidente de Estados Unidos justifique la existencia de esa institución que abrió las puertas al caballo de Troya que apoyó las Cumbres de las Américas, el neoliberalismo, el narcotráfico, las bases militares y las crisis económicas", sentenció.