“Las grandes triunfadoras de todo esto fueron dos ideas, la primera: el mensaje de la vida; y la segunda, la disciplina de la persona. Esto demostró que en Chile nadie sobra y que el Estado estuvo abocado a esos 33 mineros, como hubiese estado abocado aunque sea a un sólo minero o agricultor”, señaló Navarro.
Por otro lado, el especialista brindó detalles de la cápsula Fénix que trajo nuevamente a la superficie a los mineros y resaltó la tecnología empleada en las tareas de rescate.
“La Fénix tiene una serie de apoyo, aparte de una serie de riendas. Le pusimos una faja para que sostuviera a cada minero y un arnés que le permitiera una postura que evitara algún tipo de ahogo. Además colocamos un sistema que proporcionaba 40 % de oxígeno y 60 % de nitrógeno. En el caso de Mario Gómez -el obrero que padecía de patologías pulmonares- utilizamos una cámara similar a la que usan los buzos en el mar”, puntualizó.
“Tuvimos mucha suerte con la tecnología que empleamos, que nos permitió tener un monitoreo completo de la mina”, agregó Navarro.
En otro sentido, el coordinador del área de Mantenimiento de Salud aseguró que una de las tareas claves, luego del hallazgo con vida de los 33 obreros, fue tratar de mantenerlos sanos para el momento del rescate final.
“Pasaron 17 días, en los que tuvieron que racionar el alimento y eso los dejó secos. Lo nuestro fue una labor con la finalidad de recuperar su condición normal y mantenerlos”, indicó el especialista.