Los hechos ocurrieron en la provincia de Ubon Ratchathani cerca de las fronteras con Camboya y Laos, donde Naengnoi Kaan compraba los recién nacidos a chicas que habían abortado ilegalmente.
Según el diario Bangkok Post, la presunta hechicera guardaba en un galpón -propiedad de un familiar- a los fetos, que luego vendía a sus "clientes" como los "fantasmas de niños".
En el imaginario popular tailandés, estos espíritus dan buena suerte y se cree que ayudan a ganar la lotería.
Fuente: minutouno.com.ar