Pese a no ser la fuerza más votada, los liberales de Rasmussen habían recibido el encargo de formar gobierno de la reina Margareth II, después que la actual primer ministra socialdemócrata, Helle Thorning-Schmidt, renunciara al liderazgo partidario por haber perdido la mayoría absoluta en las urnas.
Tras recibir el encargo de la reina, Rasmussen, de 51 años, había reconocido en su página de Facebook que "se vienen negociaciones difíciles", especialmente por las negociaciones con el Partido Popular Danés, la segunda fuerza más votada.
Este partido se caracteriza por su discurso eurófobo y por su intención de reformar la relación del país con la Unión Europea, por ejemplo, restableciendo los controles fronterizos.
Después de apenas unos días, Rasmussen anunció que no hay posibilidad de una coalición con ese sector.
"Honestamente traté de cumplir con el encargo, pero me di que cuenta que no es posible", anunció después de reunirse con los líderes de los partidos de oposición, según reprodujo la televisión pública local DR.
En el mismo mensaje, el posible futuro primer ministro de Dinamarca adelantó que no esperará hasta reunirse mañana lunes con la reina y recibir un nuevo encargo para comenzar a sellar las alianzas que le permiten formar un gobierno de minoría.
El partido de Rasmussen apenas obtuvo 34 escaños de los 179 que se renovaron el jueves pasado en las urnas en el país nórdico. Para conseguir una mayoría absoluta debería poder sumar al menos 90 bancas.
Lejos de poder conseguir esto y sin el apoyo de la socialdemocracia y sus 47 escaños y del Partido Popular Danés y sus 37 asientos, el futuro gobierno de Dinamarca podría ser uno muy débil, tironeado tanto por izquierda como derecha.
Fuente: Télam