El 9 de agosto de 2014, Michael Brown fue asesinado por el agente Darren Wilson, que recibió la denuncia de un asalto a un supermercado en Ferguson, estado de Missouri, y cuando en las inmediaciones del lugar vio pasar al joven negro no dudó de su culpabilidad y en dispararle.
Wilson, un oficial blanco de 28 años, fue sobreseído y la decisión judicial desató una ola de protestas que terminaron con disturbios, incendios y saqueos y se extendieron a varias ciudades del país, aunque de manera pacífica.
Dos semanas después de los disturbios en Ferguson, un nuevo caso de violencia policial contra un negro desató otra ola de protestas, esta vez en la ciudad de Nueva York.
El 17 de julio, el agente Daniel Pantaleo derribó a Eric Garner, de 43 años, le aplastó la cabeza contra la vereda y luego le realizó una toma de estrangulamiento con el brazo, según se pudo ver en un video filmado por un transeúnte.
Si bien la muerte de Garner fue en julio, el caso salió a flote en agosto pasado, luego de que el jurado exoneró de todo cargo al agente Pantaleo debido a que consideró que "no violó la ley" al aplicarle una toma de asfixia para detenerlo.
En noviembre de 2014, un chico de 12 años -Tamir Rice- falleció en Cleveland cuando un policí­a confundió su pistola de aire comprimido con un arma real y lo abatió a tiros en un parque de esa ciudad del estado de Ohio.
Todos estos casos provocaron que el presidente Barack Obama ordenara reformas en las prácicas policiales.
No obstante, en abril pasado, un ví­deo captó cómo en el estado de Carolina del Sur un policía blanco abatió a tiros al afroamericano Walter Scott en un parque en North Charleston por el que la víctima corría.
Las imágenes grabadas por un testigo desmentieron la versión inicial del policía, que afirmó que se vio forzado a disparar a Scott después de que este intentara arrebatarle su taser (pistola eléctrica).
Fuente: Télam