Los científicos culpan de la presunta fractura al tráfico vehicular. “Los coches producen más daño que el metro, porque los trenes se suceden cada pocos minutos. Coches, motos, autobuses turísticos y de transporte público son, por lo tanto, el primer mal para la salud del Coliseo. El tráfico es una causa importante de la continua formación de escamas y a menudo pica la piedra, además de ser capaz de provocar la caída de estuco y yeso” se lamenta Fumagalli, arquitecto supervisor de las obras.
Este martes 31 de julio comienzan las primeras obras de restauración integral del Coliseo luego de más de 70 años. La idea de los expertos es reforzar su estructura y ampliar en un 25% la superficie de acceso a los turistas.
Al mismo tiempo, se levantará un centro de servicios en el exterior de unos 1.600 metros cuadrados. Allí habrá taquillas, cafeterías, librerías y baños públicos, todos servicios que hoy se encuentran en el interior del Coliseo.
Fuente | infobae.com