De hecho, los dos medios franceses que publicaron los documentos filtrados por Wikileaks, el diario Libération y el portal de noticias Médiapart, explicaron que los hicieron públicos ayer para que coincida con la víspera del debate en la Asamblea Nacional, la cámara baja del Parlamento francés, en un intento por alertar sobre los posibles excesos de un servicio de inteligencia.
El texto de la ley, que había sido recibido media sanción en la Asamblea Nacional pero que tuvo que volver hoy a la Cámara Baja por algunos cambios menores que realizaron la mayoría de los senadores, fue aprobada sin problemas, pese a las perseverantes críticas de la fuerza Frente de Izquierdas, de Jean-Luc Mélenchon, y la gran mayoría de los ecologistas, estos últimos aliados del gobierno socialista de Francois Hollande.
La norma, que seguramente será promulgada en las próximas horas por el mandatario, recibió el apoyo de las tres principales bancadas, la del oficialismo socialista, la de Republicanos, la fuerza rebautizada del conservador Nicolas Sarkozy, y la de los diputados de centro-derecha de la Unión de Demócratas e Independientes, de Jean-Louis Borloo.
Poco antes de la votación el primer ministro francés, Manuel Valls, destacó que no iba a permitir que digan que "este texto de ley pondrá en peligro" las libertades de los ciudadanos franceses, según consignó la agencia de noticias EFE.
Aunque la decisión de hacer una ley que amplíe las capacidades de los servicios de inteligencia fue presentada por el oficialismo socialista en junio de 2014, el debate de la propuesta recién tomó fuerza después de los atentados de París de enero pasado contra la revista satírica Charlie Hebdo.
Mientras la derecha cerró filas con el gobierno socialista y apoyó el proyecto de ley, los partidos de izquierda advirtieron que la nueva norma debilita el control político a los servicios de inteligencia y genera el riesgo de crear "una policía política", como lo expresó el dirigente ecologista Sergio Coronado.
En la última década, los servicios de inteligencia franceses se vieron envueltos en varios escándalos, inclusive en casos de espionajes a medios de comunicación opositores.
El único control que establece la ley es el de una comisión compuesta por magistrados del Consejo de Estado y del Constitucional, además de parlamentarios y expertos. En otras palabras, el Parlamento, institución que alberga tradicionalmente a la oposición de turno, perderá su capacidad fiscalizadora.
Fuente: Télam