Casi pegado al fin del mensaje del premier portugués, la Unión Europea (UE) alertó de que el incumplimiento de los compromisos puede "neutralizar" los esfuerzos hechos hasta ahora y "prolongar las dificultades".
"La continua y decidida implementación del programa (de ajuste) es la mejor manera de restablecer el crecimiento económico sostenido y mejorar las oportunidades de empleo en Portugal", dice el comunicado emitido por la UE y dado a conocer por la agencia EFE.
Sin embargo, desde los partidos de la oposición se lanzaron fuertes críticas al primer ministro por su reacción al fallo del Tribunal Constitucional, además de rechazar de plano la posibilidad de adoptar nuevos cortes al Estado de Bienestar.
Portavoces del Partido Socialista (PS), del Comunista (PCP) y del marxista Bloque de Izquierda (BI), coincidieron en reclamar a Passos Coelho que renegocie las condiciones del rescate financiero del país de 78.000 millones de euros e insistieron en la necesidad de convocar a elecciones anticipadas.
"El Gobierno actúa como si Portugal no fuese un país soberano, miembro de la UE, y es esa actitud la que le impide luchar por unas condiciones más justas" en sus conversaciones con los organismos internacionales prestatarios de la ayuda financiera, denunció el secretario nacional de los socialistas, Joao Ribeiro.
Para cumplir los objetivos acordados con la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI) pese al impacto presupuestario del fallo del Constitucional (superior a los mil millones de euros), el líder conservador pedirá de inmediato a sus ministros planes de reducción del gasto y "acelerará" la reestructuración del Estado.
En ese sentido, anticipó que aplicará durante este mismo año "medidas de contención del gasto público, sobre todo en las áreas de Seguridad Social, Sanidad, Educación y en empresas públicas".
"No será fácil, en dos años este Gobierno ya redujo el gasto primario del Estado (en el que no se incluye el pago de los intereses por su deuda) en más de 13.000 millones de euros", reconoció.
En cambio, descartó volver a subir los impuestos tras el aumento de la presión fiscal registrado en Portugal durante los dos últimos años, coincidiendo con la llegada al poder del gobierno de centroderecha que él encabeza.
Portugal atraviesa la peor crisis económica de su historia reciente y como sucede con todos los países de la eurozona que viven situaciones similares, aplicó las estrictas medidas de ajuste que le impuso la troika (Comisión Europea, Banco Central Europeo y FMI) desde que solicitó el rescate financiero en abril de 2011.
Esos ajustes incluyen un fuerte incremento de impuestos directos e indirectos, la disminución del gasto público y la privatización de empresas estatales, entre otras medidas aplicadas a rajatabla por el Ejecutivo conservador.
La sombra de una hipotética crisis de Gobierno planeó ayer en Portugal después de que los conservadores advirtieran públicamente que el fallo del Tribunal Constitucional colocaba al país "en riesgo" y afecta a su credibilidad internacional.
Passos Coelho atribuyó a la decisión del máximo tribunal de considerar ilegales algunos de sus recortes en 2013 y también en 2012, el verse ahora obligado a adoptar "alternativas que no gozaban de la preferencia del Gobierno" para reequilibrar las cuentas públicas, como el aumento de impuestos.
Por este motivo reclamó a la oposición y a las instituciones lusas sentido de la responsabilidad ante la situación de "emergencia" nacional que exige "respuestas extraordinarias".
Tras reunirse con sus ministros, Passos Coelho solicitó una reunión de urgencia con el jefe del Estado, el también conservador Aníbal Cavaco Silva, quien alejó de nuevo el fantasma de unas elecciones anticipadas -como ya ocurriera en 2011 con los socialistas en el poder- al respaldar expresamente al Ejecutivo.
Fuente: Télam