Benedicto XVI llega hoy a Jordania, país de religión musulmana, pero donde existen casi 110.000 católicos, que representan el 2% de la población. El Papa pronunciará 29 discursos en una semana: cuatro serán en territorio palestino, nueve en Jordania y el resto en el Estado de Israel.
El lunes 11 aterrizará en el aeropuerto de Ben Gurion de Tel Aviv y ese día le esperarán dos actos importantes en Jerusalén: la visita al Palacio Presidencial de Israel y la visita al Memorial del Holocausto en el complejo Yad Vashem, aunque fuentes vaticanas han confirmado que el Pontífice no entrará en el museo, donde se recorre el martirio judío a través de diferentes historias de persecución, sufrimiento y muerte durante el dominio nazi.
Benedicto XVI, alemán nacido en 1927, pretende evitar polémicas pero sin conseguirlo. Siempre ha condenado el antisemitismo pero se ha mostrado partidario, bastante más que su predecesor Juan Pablo II, de la doctrina de Pío XII.
Durante el 70º aniversario de la Noche de los Cristales Rotos -el primer pogromo nazi contra los judíos-, el Pontífice criticó "todas las formas de antisemitismo", pero defendió la beatificación del Papa Eugenio Pacelli a la que se oponen muchos rabinos y políticos judíos por considerar que guardó silencio intolerable sobre el nazismo y el Holocausto.
Pero el máximo representante de la Iglesia Católica también defiende el papel de Pío XII durante aquellos años. El museo de Yad Vashem presenta a Pío XII como cómplice pasivo del Holocausto.
En 1942, se abstuvo de firmar una declaración contra el exterminio de los judíos, y cuando se produjo la deportación de Roma a Auschwitz el Vaticano no intervino. Buena parte de la comunidad judía considera que Pío XII fue poco más que el "Papa de Hitler".(Telam)