El 9 de mayo pasado, un bote pesquero taiwanés que estaba faenando en las aguas de coincidencia de zona económica de los dos países fue atacado con 59 balazos por un barco armado gubernamental filipino provocando la muerte de un pescador taiwanés.
Taiwán denunció el hecho como una "violación de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar y de los principios generales de derecho reconocidos por las naciones civilizadas del mundo".
"La parte filipina violó el espíritu humanitario al haber disparado al bote pesquero taiwanés desarmado", denunció Ma, quien describió el hecho como "un acto sumamente violento, un asesinato a sangre fría".
Taiwán demanda al gobierno filipino "presentar sus excusas oficiales, investigar el incidente, castigar a los funcionarios culpables y ofrecer la debida compensación a la familia del pescador taiwanés", informó la Oficina Comercial y Cultural de Taipei en Buenos Aires a través de un comunicado.
Asimismo, reclamó realizar negociaciones con Taiwán sobre los derechos pesqueros en las aguas de coincidencia de los dos países, advirtiendo que de lo contrario impondrían sanciones contra ese país del Sudeste Asiático.
Filipinas, a través del portavoz de su Oficina Presidencial, Edwin Lacierda, pidió formalmente disculpas a Taiwán, pero lo hizo refiriéndose al hecho como una "desafortunada e inesperada muerte de la víctima" y enfatizó que "no fue un asesinato intencional".
Esto fue rechazado por el presidente taiwanés, quien aseguró que la actitud de Filipinas "indignó a todo el pueblo" ya que las 59 balas disparadas contra la pequeña embarcación "cuestionan la no intencionalidad del asesinato".
Frente a la escalada en el conflicto, Taiwán decidió llamar a su representante en Manila y solicitar al filipino que regrese a su país, al tiempo que suspendió diversos programas de intercambio económico y la exención de visados hasta que el tema sea debidamente aclarado.
Fuente: Télam