El canal, que inició sus transmisiones en 1994, fue independiente y crítico de los gobiernos que tuvo Venezuela desde entonces, el del socialcristiano Rafael Caldera y los del recién fallecido Hugo Chávez.
"La situación del país, de nuestro entorno y de nuestro campo de trabajo, en vez de mejorar en estos años, se ha empeorado con creces", dijo Zuloaga en la nota.
"El año pasado tomé la decisión de hacer todo lo que estuviera en nuestro poder, a riesgo del capital de los accionistas y conscientes de las implicaciones que esta actitud podría traer, para lograr que la oposición ganara las elecciones de octubre", señaló.
El hecho de que la oposición perdiera esos comicios "nos puso en una situación muy precaria como canal y como empresa, sumándole a esto el cúmulo de procedimientos judiciales, y el tener una concesión que vence en dos años, sin que se vea posibilidad de renovación", agregó.
"Adicional a esto, el debilitamiento de la economía y su directa consecuencia sobre nuestro flujo de caja, nos convirtió al día de hoy en una empresa inviable", aseguró Zuloaga.
El empresario narró que ante esa situación se reunió "con varias personas y grupos sin éxito", hasta que hace tres semanas fue contactado por Cordero, a quien definió como "un hombre de éxito en el mundo financiero", al que conoce "desde hace muchos años".
Indicó que Cordero le hizo una oferta de compra y que se vio "obligado a aceptarla, ya que permitiría una solución que le daría proyección en el tiempo a Globovisión" y permitiría mantener el plantel de casi 500 trabajadores.
"Esta negociación estaba lista para cerrarla esta misma semana" pero "ante la noticia de que tendremos elecciones el 14 de abril, arriesgando que la operación se cayera, tomé la decisión de poner como condición firme e irrevocable que se realizara después de las elecciones", reveló Zuloaga, y añadió que Cordero aceptó esa condición.
Fuente: Télam