Más tarde, el Hospital Sirio-Libanés de San Pablo, donde se atiende el ex presidente, confirmó el diagnóstico. "Fueron realizados exámenes de resonancia nuclear magnética y laringoscopía que muestran la ausencia de tumor visible", se indicó mediante un comunicado.
Los exámenes practicados este miércoles a Lula muestran "apenas un leve proceso inflamatorio en las áreas sometidas a radioterapia, como era esperado", añadió el centro de salud.
El líder del Partido de los Trabajadores (PT) "continúa haciendo sesiones de fonoaudiología e iniciará un programa de revisiones periódicas", concluyó el hospital.
Una de las primeras reacciones a la noticia surgió de la presidente brasileña, Dilma Rousseff, que se encuentra en Nueva Delhi, donde participa en la cumbre de los BRICS.
Lula "me llamó hace rato", dijo una emocionada Rousseff. "Estoy muy feliz. Está todo superado", dijo la mandataria, antes de añadir que su padrino político "debe estar festejándolo hasta ahora". "En cierta forma yo lo esperaba, pero tener la seguridad es muy bueno", dijo la presidente, que superó un cáncer linfático hace más de dos años.
Minutos después, el propio ex presidente anunció su regreso a la vida política. "Voy a regresar porque creo que Brasil tiene que continuar creciendo, desarrollándose, generando empleo, mejorando la vida de millones y millones de brasileños que consiguieron llegar a ser clase media y no quieren regresar atrás, y la de aquellos que sueñan con llegar a la clase media", indicó.
A raíz del cáncer, Lula fue sometido a tres ciclos de quimioterapia y a 33 sesiones de radioterapia. A fines de diciembre, tras las sesiones de quimioterapia, el tumor canceroso se había reducido en un 75%, por lo cual sus médicos descartaron la opción quirúrgica.
El 12 de febrero, una tomografía mostró que el tumor había desaparecido, pero el resultado debía ser confirmado por una laringoscopía al final de su tratamiento de radiación. América.infobae.com