Las encuestas publicadas a un mes de los comicios lo ubican ingresando al balotaje detrás del candidato oficialista, Tabaré Vázquez, y en esa segunda vuelta también segundo en la intención de voto, pero a escasos dos puntos.
En un almuerzo organizado por el Consejo Interamericano de Comercio y Producción (Cicyp), capítulo argentino, afirmó que de los 10 años de gobierno frenteamplista mantendrá "lo que está bien y cambiará lo malo", pero, sobre todo, destacó que gane quien gane las elecciones habrá "una novedad" que consideró "auspiciosa".
"El próximo gobierno casi con seguridad no tendrá mayoría parlamentaria, por lo que se terminarán 10 años en que hubo una imposición de las mayorías en el poder. Ahora deberemos dialogar", afirmó, aunque aseguró que las "negociaciones" se harán de cara a la opinión pública.
Además de la multitud de hombres de negocios y banqueros que acompañaron al candidato uruguayo, igual que a Tabaré Vázquez con anterioridad, participaron en esta oportunidad del ágape el aspirante argentino a la presidencia por el Frente Renovador, Sergio Massa, y el diputado de su fuerza y dirigente empresario José De Mendiguren.
Tras el discurso, Lacalle fue consultado por su visión actual de América Latina, en cuanto a continuidad o cambios de sus liderazgos, pero prefirió categóricamente no opinar sobre el tema, aunque mencionó elogiosamente a la candidata brasileña Marina Silva.
Respecto de las alianzas regionales, reclamó terminar con la inhibición de los países del Mercosur de acordar con otros bloques o países, materia en la que dijo vio "la primera luz" cuando la aspirante opositora brasileña defendió la necesidad de "flexibilizar" el bloque regional.
También destacó, y recibió el único aplauso de su discurso, la importancia de "la alternancia en el poder" para resolver conflictos diplomáticos, sobre todo al amparo del Mercosur.
En diálogo posterior con los periodistas, Lacalle respondió a Télam sobre el conflicto por las pasteras, terreno en que defendió lo hecho por el gobierno frenteamplista.
"A nosotros nos amparan tratados internacionales, incluso con la Argentina. Las acciones sobre el río Uruguay están claramente delimitadas. Es más, con el monitoreo conjunto creo que Uruguay hizo más que lo que se le exige legalmente. Una decisión de gobierno que yo puedo compartir o no , pero queda clara cuál fue la voluntad" de mi país, afirmó.
En lo que hace a sus propuestas internas de gobierno, aseguró que si los blancos (Partido Nacional) llegan a triunfar "vamos a institucionalizar el gasto social para que no dependa del gobierno de turno". Reconoció que lo hecho por el Frente Amplio supuso "10 años de bonanza", pero también de "fragmentación de la clase media", matizó, punto en el que destacó en la importancia de las pymes en el desarrollo nacional.
Lacalle Pou también enfatizó en los denominadores comunes de los partidos políticos uruguayos, como que "el déficit fiscal es mala cosa", que "la inflación es el peor de los impuestos" y que hay que "estar bien con los organismos de crédito internacional", por lo que dijo que su fuerza "no tiene complejos refundacionales".
Recordó, además, que "los partidos políticos uruguayos son los más viejos del mundo con el Partido Conservador de Gran Bretaña", y en toda su alocución subrayó el concepto de "certeza", en lo "económico, lo político, en el futuro: Uruguay es un país de la certeza, por eso hay madurez y un hilo conductor común que nadie pretende violentar. Basta del conflicto como regla", subrayó.
Afirmó también que su partido no votó la reforma tributaria de su país en 2007 pero "estamos de acuerdo con ella aunque no nos convence, por eso la mejoraremos para dar tranquilidad" al empresariado.
Además, subrayó la "certeza en lo laboral", también para las empresas. Reconoció que el presidente frenteamplista Tabaré Vázquez devolvió "la negociación colectiva del salario" pero propuso mejorar el tema "recuperando la imparcialidad del gobierno" y dijo que "aún el actual gobierno está hablando entre líneas de mejorar la productividad".
En cuanto a la seguridad, formuló su idea de "seguridad humana, que es más amplia que la seguridad publica", y en ese sentido exhortó a tener "leyes flexibles de cumplimiento riguroso", y que aunque haya un ministro del Interior, el área debe estar directamente a cargo del presidente, "porque hay un clamor nacional" en la materia, donde no sólo hace falta pensar en la represión sino también en la prevención para superar la tendencia hacia la "anomia social".
Fuente: Télam
