De manera paralela, como parte de la misma campaña, cientos de autos recorrieron las calles de la ciudad de Donetsk capital tocando sus bocinas y ondeando la bandera azul y amarilla de Ucrania, según imágenes difundidas en Kiev por el canal de TV Ukrayina, del cual el empresario también es dueño.
"La gente está cansada de vivir en el miedo y el terror", dijo Akhmetov en un video proyectado en el estadio de fútbol de su propiedad
La marcha mostró un costado hasta ahora poco visualizado de la crisis en el este de Ucrania, el de la gente que se opone a la secesión de Donetsk y del Este en general y que quiere una vuelta a la normalidad y el fin de la presencia de milicianos separatistas que deambulan por las calles encapuchados.
"La gente está cansada de vivir en el miedo y el terror", dijo Akhmetov, de 47 años, en un video proyectado en el estadio de fútbol de su propiedad.
El multimillonario acusó a los líderes separatistas de Donetsk y de la vecina de Lugansk, que la semana pasada proclamaron la independencia de ambas regiones y pidieron ser anexados por Rusia, de estar conduciendo a Ucrania a un "genocidio" y de librar una batalla contra los habitantes del este del país.
Con una fortuna estimada en más de 11.000 millones de dólares, Akhmetov es uno de los hombres más influyentes del este de Ucrania. Sus plantas de acero, fábricas y minas de carbón están ubicadas en la región minera e industrial del Donbas, en la que se encuentran, justamente, Donetsk y Lugansk.
Los líderes separatistas regionales han prometido "nacionalizar" los bienes de Akhmetov, quien dice emplear a 300.000 personas y que la semana pasada ya sacó a cientos de trabajadores a las calles de la ciudad de Mariupol, en el sudeste de Ucrania, para ayudar a la policía a limpiar barricadas y restablecer el orden.
Su inclinación política, sin embargo, es motivo de duda debido a sus vínculos con el ex presidente pro ruso Viktor Yanukovich, cuyo derrocamiento, en febrero, desató la ola de rebeliones en el Este contra las nuevas autoridades, y con empresarios de Rusia, a la que Ucrania acusa de instigar los separatismos.
En su mensaje grabado, Akhmetov llamó a los ucranianos -incluyendo a sus empleados- a realizar "protestas pacíficas de advertencia" en sus lugares de trabajo a partir del mediodía de hoy y a repetirlas todos los días "hasta que se restablezca la paz".
De otra forma, dijo que teme "el genocidio del Donbas".
En respuesta, Denis Pushilin, quien encabeza la proclamada República Popular de Donetsk, insistió hoy en que las industrias locales serán "nacionalizadas" si los empresarios se niegan a pagar impuestos a las nuevas autoridades.
"Akhmetov ha hecho su elección. Desafortunadamente, eligió (estar) en contra del Donbas. Pagar impuestos a Kiev significa financiar el terrorismo en el Donbas", dijo Pushilin en su cuenta de Twitter.
El gobierno interino y pro occidental de Kiev ya reconoció que las elecciones del domingo no podrán celebrarse en gran parte de Donetsk y Lugansk, cuyos líderes anunciaron el lunes que no reconocerán los resultados de los comicios y llamaron a la población a tomar las armas.
El gobierno interino considera las elecciones una oportunidad de reconciliar a la población de Ucrania, cuya fuerte división entre un Este rusoparlante y pro Rusia y un Oeste ucranioparlante y pro Unión Europea (UE) fue el detonante de base del actual conflicto, sumado a una creciente debalce económica.
La crisis política que comenzó con el derrocamiento de Yanukovich se agravó con la secesión de la península de Crimea y su anexión por parte de Rusia, en marzo pasado, tras lo cual milicianos separatistas tomaron ciudades en el este de Ucrania, incluyendo Donetsk y Lugansk.
Hoy, el organismo de la ONU para los refugiados (ACNUR) dijo que 10.000 se vieron desplazadas de sus hogares desde que comenzó el conflicto, en su mayoría tártaros que tuvieron que abandonar Crimea.
El Ejército de Ucrania lanzó el mes pasado una ofensiva contra los bastiones rebeldes que en varias ocasiones derivó en enfrentamientos mortales con milicianos seperatistas, pero desde su inicio la ha discontinuado debido a la resistencia local, no sólo militar sino también civil.
Hoy, el Ministerio de Defensa informó que cuatro soldados resultaron heridos en un tiroteo con insurgentes cerca de la ciudad de Slaviansk, al norte de Donetsk.
Tambien en Kiev, la Rada Suprema (Parlamento) aprobó un fortalecimiento del estatus del idioma ruso, aunque sin darle el carácter de lengua oficial del país, que seguirá siendo el ucraniano.
Los legisladores instaron además a los separatistas a deponer las armas y a desalojar los edificios ocupados.
En tanto, el Ministerio de Defensa ruso aseguró que tropas rusas comenzaron a desmantelar sus campamentos cerca de la frontera con Ucrania, un día después de que el residente Vladimir Putin anunciara el inicio del repliegue de las feurzas.
La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), sin embargo, señaló que hasta hoy no había registrado movimientos.
Putin se reunió hoy en Shanghai con su homólogo chino, Xi Jinping, y ambos expresaron su "grave preocupación" por la crisis en Ucrania y llamaron a todas las partes a reducir la tensión y llevar a cabo "amplias conversaciones a nivel nacional".
Fuente: Télam
