El ministro aseguró que la propuesta de 47 páginas busca llegar a un pacto que permita superar "de una vez por todas la crisis".
Pero recalcó que no firmará un plan que no sea viable y signifique la continuación de las políticas implementadas por los gobiernos anteriores que "hacían sugerencias y promesas sabiendo que no las iban a poder cumplir".
Varoufakis describió las actuales conversaciones como "una renegociación de un contrato de préstamo de cinco años que no era sostenible", y consideró que la propuesta presentada por los acreedores es la que se hace "cuando uno no quiere un acuerdo", según recogió la agencia EFE.
Esta semana, el propio primer ministro griego, Alexis Tsipras, consideró inaceptable el plan propuesto por las instituciones en una reunión mantenida el miércoles con el presidente de la CE, Jean-Claude Juncker.
Entre las impopulares medidas exigidas para liberar el tercer tramo del préstamo de 240.000 millones de euros figuran un aumento del IVA y un recorte a los jubilados.
Ni siquiera "podía imaginar" que después de "todo lo que negociamos en tres meses" algún político pudiera proponer a Grecia una reforma del IVA que aumente en 10% la tarifa de electricidad, y la eliminación de los subsidios a los jubilados de más bajos ingresos, sostuvo Tsipras.
El líder de Syriza calificó de "sorpresa desagradable" las "ilógicas" propuestas de los organismos crediticios aunque consideró que la posibilidad de ponerse de acuerdo está "más cerca que nunca".
Durante un discurso brindado ayer en el Parlamento, al que acudió para informar sobre la marcha de las negociaciones, Tsipras insistió en que su Ejecutivo quiere una "solución integral" que también resuelva la cuestión de la deuda y aseguró que la propuesta griega constituye una "base realista" para llegar a un acuerdo.
Esta semana Grecia decidió unificar los cuatro pagos que debía hacer en junio al FMI y abonarlo todo junto a fin de mes, con lo que ganará tiempo para seguir negociando la recepción de fondos de asistencia de sus acreedores internacionales.
Sobre este punto, Varufakis recordó que Atenas ha demostrado en los últimos cuatro meses que tiene liquidez suficiente para pagar sus obligaciones, pero que esto "no puede continuar siempre".
Además, varios miembros del gobierno declararon ayer que la decisión de no pagar fue política, ya que se contaba con el dinero.
Al ser consultado sobre porque Grecia no quiere aplicar nuevas reformas como sí lo han hecho España, Portugal e Irlanda, Varufakis aseguró que las medidas implementadas por Atenas han sido mucho más duras.
Recordó que mientras otros países han perdido "un 1%, un 2% ó un 3% del PBI, Grecia ha perdido un 25%", por lo que no puede haber las mismas reglas para todos.
Fuente: Télam
