Estos preciados votantes están concentrados en el área metropolitana de Barcelona, una zona densamente poblada con más de 5 millones de habitantes (de los 7,5 millones de Cataluña), y donde el nivel de participación electoral suele bajar cuando se celebran elecciones regionales.
De ahí que ante unos comicios altamente polarizados como los del domingo, que tienen como eje la secesión, sus partidarios y detractores perciban que la movilización de ese electorado será un factor clave para inclinar la balanza a su favor.
Los sondeos publicados a principios de esta semana pronosticaron una mayoría absoluta de escaños para las fuerzas independentistas, aunque no superarían el 50% de los sufragios, umbral para la victoria en un referéndum.
Todavía hay mucho en juego, y la partida parece que se definirá en esa área metropolitana de Barcelona.
Es por eso que los independentistas de "Junts pel Sí" (Juntos por el Sí), igual que la candidatura de confluencia de la izquierda "Catalunya si que es Pot" (Cataluña si que se puede) -en la que está incluida Podemos-, cerrarán su campaña en L' Hospitalet de Llobregat, el gran bastión socialista metropolitano conocido como el "cinturón rojo".
Los socialistas tuvieron ayer aquí su "gran acto" -aunque incomparable con otras épocas- , con presencia del ex presidente Felipe González, quien irrumpió en campaña con duras crítica a Mas, al que acuso de querer "liquidar a España", y de conducir a Cataluña hacia "una vía muerta".
Aunque la crisis económica que alimentó la ola separatista dejó a los socialistas a la deriva, divididos y con menos poder, ellos confían en que mantendrán buena parte de su electorado fiel.
"El independentismo es de derechas, no de izquierdas. Pero hubo un movimiento muy emocional a favor de la secesión al que el gobierno del Partido Popular (PP) contribuyó con su cerrazón", asegura a Télam Javier Pérez, un votante socialista.
"Espero que todo esto se reconduzca y que haya un cambio de izquierdas en las próximas elecciones generales de España, para que el Partido Socialista (PSOE) pueda gobernar junto con otras fuerzas progresistas como Podemos ", añade este abogado de 63 años originario de Salamanca y que lleva 30 años en Cataluña.
"De repente vienen todos a L' Hospitalet en busca de nuestro voto, dicen que es bueno o malo estar en España, pero no hay propuestas concretas", afirma por su parte Alex Garriba, un padre de familia de 36 años que forma parte de ese grupo de votantes socialistas decepcionado a los que quiere atraer la candidatura de Mas.
Alex sostiene que por ahora tiene pensado votar en blanco, pero que aún no está seguro: "pasamos una crisis terrible, corrupción en España y ahora resulta que en Cataluña también. No confío en nadie", subraya.
No obstante, aclara que está "a favor de votar en un referéndum para que podamos decidir, aunque no quiero la independencia".
"En este barrio hay muchos votantes y mucha crisis, y los independentistas quieren hacer leña del árbol caído", según Gregorio Sanz, un jubilado que votará al PP, que lleva como candidato a Xavier García Albiol, ex alcalde de Badalona -la otra gran ciudad metropolitana de Barcelona-, conocido por su cercanía y su discurso xenófobo.
"Llegué a Cataluña desde Castilla y León, y siempre me sentí bien aquí, no había problemas hasta que vino Mas, con sus corruptelas, pero no me van a echar", avisa.
Carteles de "Junts pel Sí" inundan la calle principal que conduce a La Farga, el recinto donde se celebrarán mítines políticos y conciertos, junto a un centro comercial del barrio. A pesar de esta presencia, los independentistas no parecen tener mucho éxito en la Barcelona popular y castellanoparlante.
"Estamos en contra de la independencia. Pero la gente ya no quiere votar ni PP ni socialista porque están muy desprestigiados. Nosotras votaremos a Ciudadanos", dice Desire Tejada, de 22 años, quien optará por la fuerza política que las encuestas sitúan en segundo lugar, liderando a los no independentistas.
Desire y su amiga Patricia tienen padre o madre españoles y no quieren "separarse" de España, subrayan.
"Todavía no entiendo qué quieren los independentistas, más allá de decir que España nos roba", afirma Desire.
"Los que defienden la no independencia tampoco ofrecen nada y eso no ayuda mucho", añade.
Incluso algunos que los votan por la independencia ni siquiera quieren la secesión. Segio Crespo, de 34 años, es uno de ellos: "votaré a Juntos por el Sí porque creo que es una herramienta para presionar por un cambio", afirma este joven de L' Hospitalet.
"No creo que en el siglo XXI tengamos que poner una frontera, trabajo con el resto de España y no quiero la independencia unilateral. Pero quiero respeto a nuestra cultura y una mayor autonomía para una comunidad puntera como es Cataluña", argumentó Sergio. "Con mi voto busco una reacción del gobierno", remarcó.
El líder de Podemos, Pablo Iglesias, está en Cataluña apoyando al candidato de "Cataluña Si que se puede", Lluís Rabell, y mañana desembarcará junto a él en La Farga con su mensaje que pide a los catalanes que se queden en España "para echar juntos a Rajoy".
Ellos ofrecen una "tercera vía", al proponer la posibilidad de un referéndum, sin defender la independencia. A personas como Sergio no las convencen, pero les quedan otras como Alex o José Alvarán, un ecuatoriano que lleva 16 en España y que no ve razones para votar aunque su voto puede cambiar la historia de Cataluña y España.
Fuente: Télam
