En 1948, la Organización de las Naciones Unidas adoptó la Convención "sobre prevención y castigo del crimen de genocidio", de acuerdo con la cual el genocidio se define como un crimen internacional y los países miembros de la convención están obligados a prevenir, como así también a castigar a los que cometen un crimen de genocidio.
El plan de exterminio y destierro del pueblo armenio se organizó dentro de las estructuras del estado y el partido gobernante.
El gobierno y el partido de los Jóvenes Turcos, tratando de preservar los restos del debilitado Imperio Otomano, crearon la ideología del panturquismo, es decir, la conformación de un inmenso imperio cuyas fronteras llegarían hasta China, abarcando a todos los pueblos de habla turca del Cáucaso y de Asia Central.
El plan preveía también la turquificación de todas las minorías nacionales. La población armenia era considerada como el principal obstáculo en el camino de la concreción de este programa.
La primera etapa del exterminio de la población armenia comenzó con el arresto, el destierro y el asesinato de cientos de intelectuales armenios, el 24 de Abril de 1915.
La segunda etapa fue el reclutamiento de 60.000 armenios para el ejército turco, los que fueron desarmados y asesinados por oficiales y soldados turcos.
La tercera etapa del genocidio se caracterizó por la matanza y el destierro de mujeres, ancianos y niños hacia los desiertos de Siria. Durante la deportación, centenares de miles de personas fueron asesinadas por los soldados y policías turcos, y por los grupos de bandidos kurdos. El resto murió de hambre y de enfermedades contagiosas.
La última etapa del genocidio armenio es la negación absoluta y generalizada de las deportaciones y del plan de exterminio de los armenios del Imperio Otomano por parte del gobierno turco.
La política de negacionismo continúa hasta el día de hoy. A pesar del avance del proceso de reconocimiento internacional del genocidio armenio, Turquía continúa luchando a cualquier precio contra el despertar de la conciencia internacional, reaccionando en forma indebida cada vez que un país refirma la gravedad del delito cometido.
Ello ocurrió en 2006, cuando el Congreso de la Nación Argentina sancionó la ley 26199, de Declaración del 24 de abril "Día de Acción por la Tolerancia y el Respeto entre los Pueblos" en conmemoración del genocidio sufrido por el pueblo armenio.
La Argentina ocupa un lugar especial dentro de la lista de estados que han reconocido aquel crimen de lesa humanidad, ya que hace un siglo comenzó a recibir con comprensión y respeto a los armenios sobrevivientes del genocidio, cuyos descendientes constituyen una parte activa en el desarrollo social, cultural, económico, científico y educacional de la vida del país.
El reconocimiento y la condena internacional del genocidio constituyen objetivos prioritarios de la política exterior de la República de Armenia y de las aspiraciones de todos los armenios del mundo.
La humanidad civilizada se asocia en esta lucha porque es la única forma de prevenir futuros crímenes, impedir su repetición y detener nuevos intentos de destrucción.
*Embajador de la República de Armenia
Fuente: Télam