El vocero de la Hermandad Mustafa al Jatib contó a la agencia de noticias EFE que el imputado negó los cargos de instigación de actos de violencia y asesinatos durante la represión que dejó cinco muertos y cien heridos en agosto pasado, cuando el gobierno de facto ya estaba en el poder y los islamistas en la oposición.
El 3 de julio pasado la cúpula militar, apoyada por sectores liberales y progresistas y una multitud en las calles, derrocó al presidente islamista Mohamed Mursi, luego de haber ganado las elecciones apenas un año atrás por una amplia mayoría.
Desde entonces Mursi está detenido y el mes pasado comenzó a ser juzgado por cargos similares a los de sus aliados de la Hermandad.
Al Jatib recordó hoy que Badia "no es un asesino, sino una víctima", ya que en esa represión uno de los muertos fue su hijo, también militante de la Hermandad Musulmana, la organización islamista conservadora que llevó a Mursi al poder y que ocupó un lugar privilegiado durante su gobierno.
Según la agencia de noticias oficial Mena, Badia y otra docena de dirigentes de la Hermandad Musulmana también enfrentan cargos por terrorismo, formación de banda armada para atacar a los ciudadanos, resistencia y ataque a las autoridades.
Entre los dirigentes procesados están Mohamed el Beltagui, el vicepresidente del Partido Libertad y Justicia (brazo político de la Hermandad), Esam el Erian; el clérigo Safuat Hegazi y otros miembros de los partidos islamistas Wasat y Gamaa Islamiya.
El juicio debería haber comenzado a finales de octubre, pero los jueces que debían precidirlo se declararon parciales.
Por eso, ahora es el tribunal penal del distrito capitalino de Giza el encargado de presidir uno de los procesos más importantes contra la oposición islamista, que hoy comenzó a puerta cerrada en la academia de policía.
El tribunal de Giza aplazó el juicio hasta febrero para poder escuchar a los testigos de la acusación en la próxima sesión, según explicó la agencia de noticias estatal.
Mientras se prohibieron las manifestaciones frente de la academia de policial, un grupo de estudiantes islamistas se congregó en la universidad Al Azhar de El Cairo para repudiar el juicio y rápidamente fueron reprimidos por la policía.
Según la policía, que gracias a una nueva ley tiene el poder de utilizar la fuerza contra toda protesta que no haya sido previamente aprobada por el gobierno, los estudiantes quemaron un auto y varias personas resultaron heridas.
Desde hace semanas la ofensiva policial y judicial del gobierno de facto egipcio ya no se concentra sólo en los islamistas que simpatizan con Mursi, sino también con militantes y activistas laicos que protestan contra la nueva ley que limita dramáticamente el derecho a manifestarse en público.
En un nuevo gesto que distanció al gobierno de sus antiguos aliados, la Fiscalía de El Cairo elevó hoy a juicio el proceso contra 25 activistas laicos, entre ellos el bloguero y líder del levantamiento popular que en 2011 ayudó a derrocar a Hosni Mubarak, Alaa Abdel Fattah.
Los acusa de organizar e incentivar protestas ilegales, según la nueva ley.
Durante sus primeras audiencias judiciales, los activistas laicos rechazaron los cargos y acusaron al gobierno de facto de estar controlado por los militares.
Fuente: Télam
