"Chile vive una plena democracia y, en consecuencia, el ex presidente Mesa tiene absoluta libertad para venir a nuestro país; sin embargo, la estrategia que está detrás es introducir una cuña divisoria entre los chilenos, para demostrar que en Chile también existe apoyo para su demanda", subrayó Tarud.
Bolivia presentó en 2013 su demanda, en busca de que el tribunal internacional con sede en La Haya obligue a Chile a negociar y concederle una salida soberana al mar, que perdió como consecuencia de la Guerra del Pacífico (1879-83).
Chile sostiene que todos sus límites con Bolivia quedaron resueltos en un tratado suscripto en 1904 y cuestiona la competencia de la CIJ dado que este tribunal solo puede decidir sobre litigios surgidos después de su creación, en 1948.
Tarud dijo que esperaba que el gobierno de la presidenta Michelle Bachelet "no reciba al señor Mesa, porque de lo contrario se emitirían confusas señales hacia la comunidad internacional".
La semana pasada, durante la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) celebrada en Costa Rica, Bachelet y Morales se reunieron con el objeto de reabrir una agenda bilateral sobre diversos asuntos de interés común, según informaron entonces fuentes oficiales.
Dicha agenda, de 13 puntos, fue puesta en marcha en 2006, en el primer mandato de Bachelet, y fue congelada durante la gestión de Sebastián Piñera, a raíz de la presentación de la demanda boliviana ante la CIJ.
El canciller chileno, Heraldo Muñoz, advirtió que en la reunión de Costa Rica se acordó que el asunto marítimo "se mantenga en La Haya" y no forme parte de la eventual reanudación del diálogo, pero fuentes del gobierno boliviano aseguraron que se acordó abrir una agenda "completa y sin exclusiones".
Fuente: Télam