El alto funcionario del gobierno de Mariano Rajoy se mostró convencido de no haber hecho nada ilegal y tampoco éticamente reprochable: "Era mi deber, mi responsabilidad" atender a Rato porque "vino a hablar conmigo de una fundada preocupación que tiene que ver con su seguridad personal", afirmó.
Según explicó Fernández Díaz, el ex jefe del FMI y su entorno próximo están siendo víctimas de "graves amenazas y ofensas", especialmente en las redes sociales, desde que salió a la luz la última investigación en su contra por delito fiscal y blanqueo.
"Hay más de 400 tuits vejatorios, insultantes y amenazantes contra el señor Rato y su familia", detalló Fernández Díaz.
El ministro del Interior concretó que lo que le preocupaba a Rato era que "se le retirara su protección de seguridad" -de la que goza en su condición de ex vicepresidente- en "un momento en el que se siente y es encuentra vulnerable".
"Lo que le pase al señor Rato con la Justicia no es de mi incumbencia, pero sí lo es su seguridad", remarcó.
Pese a que la reunión de Fernández Díaz y Rato, celebrada el 29 de julio en su despacho ministerial se conoció por una filtración del diario El Mundo, el ministro trató de transformar el polémico encuentro que no figuraba en su agenda oficial y que, por lo tanto, hubiese sido secreto, en un hecho "normal" y "transparente".
Lejos de convencer a sus interpelados, las explicaciones del ministro del Interior provocaron indignación en los grupos opositores, que cuestionaron su versión y le reclamaron la dimisión.
"Su intervención ha sido ofensiva, bochornosa y patética", afirmó la vocera de Unión, Progreso y Democracia (UPyD, centro derecha), Rosa Díez, quien preguntó al ministro si en España la forma de resolver problemas pasa por conocer a quienes mandan.
"Habló durante una hora justificando lo injustificable", "lo único que puede hacer usted aquí es anunciar su dimisión", agregó Díez, quien en el turno de réplica anunció que pedirá ante la Justicia un "careo" entre Fernandez Díaz y Rato, debido a las versiones contradictorias sobre la reunión.
El diputado Ricardo Sixto, de Izquierda Unida (IU) sostuvo que la intervención de Fernández Díaz era "lamentable" y poco creíble. "Poca preocupación tiene por su seguridad Rato cuando pasea en yate", sostuvo.
"Su ministerio no se toma en serio la lucha contra la corrupción, ni tampoco el partido del que usted forma parte", aseguró por su parte Antonio Trevin, diputado del Partido Socialista (PSOE), quien directamente acusó a Rajoy de poner las instituciones al servicio de su Partido Popular (PP).
"No podemos tener un ministro bajo sospecha", concluyó Trevin.
El PSOE elevó ayer la presión contra el ministro al presentar una querella en su contra ante la Fiscalía General del Estado para que investigue la reunión al considerar que Fernandez Díaz pudo cometer delitos de prevaricación, omisión del deber de perseguir delitos y revelación de secretos.
Mientras el ministro del Interior insiste en que el encuentro fue "al margen de la situación procesal" de Rato, el ex vicepresidente económico de José María Aznar dijo al diario El País que habló con él de "todo lo que está pasando", aunque aclaró que no pidió ni se le ofreció realizar ninguna gestión.
Los casos de corrupción en los que está implicado Rodrigo Rato, referente del neoliberalismo mundial y ex figura prominente del PP, amenazan con convertirse en un problema electoral para Rajoy.
Rato está acusado de fraude por la salida a Bolsa de Bankia en 2011 y por el uso indebido de "tarjetas en negro" en ambas entidades y el pasado 16 de abril fue detenido fugazmente por una investigación por evasión y blanqueo.
Fuente: Télam