Adoptaron a Thomas Lobel, ahora Tammy, con dos años de edad, y aunque sus madres siempre quisieron que fuera una niña aseguran que nunca le han presionado para que se convierta en mujer. De hecho, una de las primeras cosas que les dijo cuando con tres años pudo expresarse fue "yo soy una niña". Y lo hizo con el lenguaje de signos porque Thomas sufre un defecto en el habla.
Pero no fue hasta los siete años, después de que Thomas intentase mutilarse sus genitales, cuando los psiquiatras le diagnosticaron un trastorno de identidad sexual. Con ocho, convirtió la transición y el pasado verano ha comenzado a tomar la hormona que le impedirá experimentar la pubertad como un chico y no desarrollará hombros anchos, voz grave y vello facial.
Aunque Thomas está feliz, la familia y en concreto sus madres se enfrentan a fuertes críticas de amigos y familiares, según han afirmado al diario Daily Mail. A menudo se encuentran con gente que les pregunta "¿cómo pudiste hacer esto?" Pero ellas están tranquilas y argumentan que en Reino Unido un 50% de los transexuales intentan suicidarse antes de cumplir los 20 años.
Fuente: 26noticias.com.ar