El problema tiene dos aristas. Por un lado, lo interno, aquello que se debate en los Estados Unidos respecto de qué hacer con los que entran de manera legal o ilegal. Pero la otra cara tiene que ver con los países de origen, que son abandonados por situaciones de pobreza y violencia.
En las últimas semanas muchos niños se han incorporado a aquellos que quieren cruzar las fronteras y los gobiernos de los países involucrados intentan lograr una solución a este problema que ya califican como crisis humanitaria.
Fuente: Télam