El cierre del penal, donde todavía permanecen 122 detenidos, es una de sus grandes promesas electorales de Barack Obama aún sin cumplir.
En noviembre de 2001, después de los atentados del 11 de septiembre que sacudieron a Estados Unidos y al mundo entero, el entonces presidente George W. Bush firmó un decreto sobre "Detención, tratamiento y enjuiciamiento de ciertos extranjeros en la guerra contra el terrorismo", en el que autorizó al Pentágono a mantener a ciudadanos no estadounidenses bajo custodia indefinida sin cargos.
Uno de los lugares elegidos fue la prisión de alta seguridad de la base militar de Guantánamo, un enclave que mantiene la superpotencia en la isla de Cuba, que llegó a mantener en el centro de detención a cerca de 800 prisioneros, la mayoría de ellos sin cargos en su contra.
La primera medida que tomó Barack Obama cuando asumió la Presidencia norteamericana en 2009 fue firmar un decreto en el que ordenaba el cierre de la notoria cárcel.
Sin embargo, los años pasaron y el mandatario norteamericano nunca pudo o quiso asumir los altos costos políticos que significa, por un lado, liberar a aquellos presos que nunca fueron formalmente acusados y que con el tiempo su propio gobierno reconoció que no tenían vínculos con extremistas.
Y por otro lado, trasladar a los prisioneros procesados a suelo norteamericano para que sean juzgados según dicta la ley.
Pero ahora, cuando la Administración Obama parece trabajar a contrarreloj para cerrar el centro de detención en los escasos dos años que le quedan al mandatario en la Casa Blanca, se encontró con la férrea oposición de los republicanos, que tienen el control absoluto del Congreso tras las elecciones legislativas de noviembre.
En el último mes Obama transfirió a 20 presos: los 5 anunciados hoy más 6 que recibió Uruguay, 4 repatriados a Afganistán y otros 5 enviados a Kazajistán.
Tras los recientes ataques terroristas en París, la oposición republicana en el Senado presentó un proyecto de ley para limitar la capacidad del presidente a la hora de transferir a los presos de Guantánamo.
Fuente: Télam
