Los inspectores reanudarán así un trabajo que abandonaron en 1998, tras una persistente crisis de confianza entre Naciones Unidas (ONU) e Irak.
Ahora, las inspecciones tendrán que partir de nuevas bases que sean lo bastante sólidas para resistir a lo que Bagdad denuncia como un intento deliberado de Estados Unidos de utilizar cualquier excusa para justificar una operación militar. (Télam-SNI)