De los 21.000 millones de euros de ajuste, 7.700 millones tocarán directamente a los ministerios, el resto se completa con los recortes en la Seguridad Social y las colectividades locales.
Este nuevo ajuste se suma a los realizados por Hollande al asumir en 2012 y en los años sucesivos, junto a otro que contempla el periodo 2015-2017 y una serie de nuevos impuestos por más de 80.000 millones de euros.
El cada vez más impopular Hollande debe conciliar con un delicado equilibrio por los prolongados efectos de la crisis económica y el vertiginoso aumento de la deuda pública francesa.
El déficit francés superó el martes los 2.000 millones de euros (11 años después de haber superado los 1.000 millones de euros) y ya representa el 95,1% del PBI, reconoce el gobierno.
"Al menos 4.000 millones de euros ingresarán al Estado por cesiones de activos puestas al servicio del desendeudamiento de Francia", anunció Sapin.
Pese a que el ministro evitó brindar detalles al respecto, el diario económico Les Echos apunta a la eventual entrada de capital en las empresas públicas francesas de energía.
Asimismo, el Presupuesto 2015, que prevé una menor presión fiscal, suprime 1.200 puestos de la función pública, declara una tasa ecológica al diesel y posterga, una vez más, hasta 2017 la reducción del déficit público exigida por la Comisión Europea.
"Francia es realista y cumple con sus responsabilidades. Ahora Europa debe cumplir las suyas ante un crecimiento vacilante", consideró Sapin, llamando además a la "comprensión" de las autoridades económicas europeas.
Apenas presentado, el proyecto de Presupuesto 2015 fue considerado por el Alto Consejo de las Finanzas Públicas como "demasiado frágil" y "optimista", apuntando a la estimación de 1% el crecimiento de la economía el año próximo.
En 2014 el crecimiento no superaría el 0,4%, según coincide en estimar la prensa francesa.
Fuente: Télam
