El ataque a Brega, 740 kilómetros al este de Trípoli, la capital del país y bastión de Kaddafi, constituye la mayor contraofensiva del gobierno libio desde el inicio de la revuelta contra el histórico líder, en el poder hace 41 años, el 15 de febrero pasado.
En tanto, en la cercana ciudad de Ajdabiya, también controlada por los insurrectos, fuentes de la morgue local elevaron hoy a 14 la cifra de combatientes rebeldes muertos en el primer día de combates en Brega. Muchos de los hombres que repelieron el ataque de Gadafi del miércoles en Brega acudieron desde Ajdabiya.
Testigos dijeron que un avión bombardeó este jueves objetivos rebeldes en Brega, informó la cadena de noticias CNN. Aunque las fuentes no pudieron identificar de inmediato el objetivo del ataque, lo más probable es que haya sido una pista de aterrizaje del complejo petrolero de la ciudad, el segundo más grande de Libia, que está en manos rebeldes desde hace una semana.
El director de suministros del hospital de Brega, Fattah al-Moghrabi, dijo que el avión "lanzó una bomba entre la instalación petrolera y la zona residencial" de Brega, pero que desconocía si hubo víctimas.
Los rebeldes, que cuentan con tanques, armas automáticas y antiaéreas pero no aviones, llamaron ayer a la ONU y a países que respaldan la revuelta a lanzar ataques aéreos para terminar con la resistencia de Gadafi.
Sin embargo, luego de que Gadafi advirtiera ayer de miles de muertos y de reservas expresadas por Francia y Rusia, Estados Unidos comenzó a mostrarse más cauto -y menos propicio- a una intervención militar en el país del norte de Africa, incluyendo la imposición de una zona de exclusión aérea.
La rebelión en el país de la OPEP provocó una caída del 50% en su producción de 1,6 millones de barriles de petróleo por día, que es la piedra angular de su economía.
Gran parte de las empresas extranjeras en Libia, entre ellas todas las petroleras, retiraron a su personal y suspendieron su producción.
La insurrección, que según organizaciones internacionales de derechos humanos dejó al menos 1000 civiles muertos, causó además una crisis humanitaria entre los miles y miles de extranjeros que intentan salir del país, especialmente en la frontera con Túnez, donde familias enteras esperan huir de la violencia.
La semana pasada, fuerzas pro-Gadafi se centraron en el oeste, reforzando su control de Trípoli y tomando localidades vecinas o cercanas a la capital.
Esta semana se aventuraron a reconquistar ciudades en la mitad este del país, la que controlan los rebeldes, pero fueron repelidas el martes en Al Zawiya y Misurata, a 50 y 200 kilómetros de la capital, respectivamente, y ayer en Brega y otra vez en Al Zawiya.
Fuente: 26noticias.com.ar