Como si nada hubiera impactado en su realidad política y militar, luego de los contundentes bombardeos de los aviones occidentales, los reiterados pedidos de renuncia por parte de los presidentes más importantes del mundo, y las visitas a Libia de senadores como el republicano John McCain, Gaddafi reiteró que no renunciará al poder y llamó a Francia y Estados Unidos a negociar con él una salida a la crisis.
Las palabras de Khaddafi fueron las que en la OTAN seguramente no querían escuchar. Su discurso fue difundido por la aún operativa televisión oficial Libia.
El coronel aclaró, “La OTAN, que efectúa bombardeos aéreos en el país, debe abandonar toda esperanza de una partida de Muammar Gaddafi. No tengo función oficial para renunciar a ella. No abandonaré mi país, y combatiré hasta la muerte" y agregó "Yo soy sagrado para el pueblo libio, yo soy un símbolo y un padre para ellos".
"Estamos dispuestos a negociar con Francia y Estados Unidos, pero sin condiciones" explicó Gaddafi e insistió, "Nosotros no nos rendiremos, pero yo los invito a negociar. Si ustedes quieren el petróleo, vengan para que firmemos acuerdos con sus empresas, pero no merece la pena hacer una guerra".
"Podemos solucionar nuestros problemas entre libios sin pelearnos; retiren sus flotas y aviones", concluyó el líder dirigiéndose a la OTAN.
El coronel libio afirmó también que los rebeldes que luchan contra sus fuerzas "son terroristas que no vienen de Libia, sino de Argelia, Egipto, Túnez y Afganistán"."Nos enfrentaremos a ellos, niños, mujeres y ancianos, pero sin armas", aseguró.
El discurso de Gaddafi se convirtió en un verdadero misil contra los países que desde hace semanas ven como la guerra se estancó en el campo de batalla y al mismo tiempo, también comienza a perderse en el político.
Las palabras de Khaddafi, lejos están de permitir algún tipo de negociación, a menos que Estados Unidos, Francia y el resto de los países que exigieron que Khaddafi se vaya o sea enjuiciado por crímenes contra la humanidad, retiren los cargos y ahora acepten que se quede gobernado a un país y una población a la que bombardeo con sus aviones cuando le reclamaron una salida democrática.
A esta altura podríamos preguntarnos quien esta mas acorralado: ¿Gaddafi o la OTAN?
Hacer como que nada está ocurriendo, seguir bombardeando Libia, entregar armas a los rebeldes, tratar de matar a Gaddafi atacando sus residencias, puede que sea la táctica utilizada por los países occidentales que salieron en ayuda de los civiles que eran bombardeados por los aviones libios, ¿pero hasta cuándo? ¿Cuánto más podrá resistir Gaddafi? O ¿cuánto más podrá soportar la OTAN, la falta de avances militares y políticos en esta guerra?
En este contexto, la secretaria de Estado norteamericana Hillary Clinton visitará Roma la semana próxima por nuevas discusiones sobre cómo asistir a los rebeldes que combaten en Libia y proteger a los civiles.
El portavoz del Departamento de Estado, aseguró "Clinton viajará a Roma, del 4 al 6 de mayo para participar de una reunión del Grupo de Contacto Libio".
Según declaró el canciller italiano Franco Frattini, las discusiones se centrarán en cómo suministrar armas a los rebeldes que luchan contra Muammar Gaddafi y si se les permitirá vender petróleo en mercados internacionales.
BARCOS EN LA MIRA
Mientras en tierra la situación en la ciudad de Misrata, a 200 km de Trípoli, sigue siendo caótica debido a que las fuerzas leales al régimen aún no fueron derrotadas ni se retiraron como lo anunciaron días atrás, en el mar, barcos de la OTAN lograron neutralizaron minas marinas colocadas por las fuerzas de Gaddafi.
La OTAN advirtió a las autoridades portuarias de Misrata, que cerraron temporalmente el puerto, que debieron anularse los desplazamientos de dos barcos humanitarios.
Por su parte el ejercito libio amenazó con atacar a cualquier barco que entre en el puerto de Misrata y afirmó que la ayuda destinada a la ciudad deberá enviarse "por vía terrestre y bajo supervisión del ejército", según la televisión oficial.
“Cualquier barco que intente entrar en el puerto, sea cual fuere el pretexto, será golpeado con fuerza". Las fuerzas libias aclararon además que habían puesto al puerto “fuera de servicio".
Mientras tanto los civiles, a quienes se buscaba proteger, continúan muriendo a manos de las bombas y las balas del régimen pero también de las bombas “salvadoras” de la OTAN.
El último incidente entre las fuerzas armadas libias y las de Túnez en la frontera y la real posibilidad de que el caos en el país esté siendo aprovechado por organizaciones como Al Qaeda, sumado a una situación permanente de indefinición, dejan a la vista un refrán conocido y repetido hasta el cansancio en situaciones similares: las guerras se sabe cuando comienzan pero no cómo y de qué manera se terminan. (Observador Global.com)