“Se dio la identificación con un personaje de historieta, asociado al delirio de tener el poder. Entró en la película de Batman y, sintiéndose dentro de ella, eligió ser el Guasón, que es el enemigo. Seguramente, en la estructura familiar debe haber un padre muy violento, alguna matriz que lo haya hecho elegir ese personaje”, agregó.
El caso de Holmes no es aislado. Es un tipo de homicida múltiple llamado asesino de masas. “Tienen lucidez y un componente de omnipotencia. Son muy peligrosos porque no tienen emociones. Si a eso le agregás que vive en una cultura violenta, donde hay gran disponibilidad de armamento, se arma un cóctel negro”, explicó Moffatt.
Los asesinatos múltiples
Hay tres tipos y sus autores tienen perfiles psicológicos muy distintos, según una clasificación realizada por el Doctor Ronald Holmes, psiquiatra especializado en Criminología por la Universidad de Louisville, en el estado de Kentucky, EEUU.
Asesino serial. Mata a tres o más personas, pero cada una es cuidadosamente seleccionada y los asesinatos se dan en distintas ocasiones. Los crímenes son planeados con meticulosidad.
“El asesino serial -según Moffatt- en general mata mujeres. Suele ser perverso, es decir que goza matando. Por eso lo hace pegado a la víctima, con un cuchillo o algo parecido”.
Un personaje de ficción que lo ejemplifica muy bien es Buffalo Bill, el asesino serial de El silencio de los inocentes, dirigida por Jonathan Demme y protagonizada por Anthony Hopkins, que interpretaba al mítico caníbal Hannibal Lecter. Bill, representado por Ted Levine, mataba a una serie de mujeres para hacerse un vestido con sus pieles.
Asesino raid. Mata a dos o más personas en distintas ocasiones, pero como parte de un mismo acto homicida, es decir, como parte de una carrera. No se toma un tiempo de descanso entre uno y otro, como hace el asesino serial.
Anders Breivik, el asesino múltiple noruego, es un buen ejemplo. El 22 de julio de 2011 hizo estallar una bomba en el centro de Oslo que mató a ocho personas. Más tarde el mismo día, fue a un campamento juvenil del Partido Laborista y masacró a 68 más. Su móvil era político-religioso: se declaró miembro de la Orden de los Templarios, en busca de eliminar a la combinación de comunismo e islamismo que supuestamente invadía su país.
Asesino de masas. Mata a cuatro o más personas en un mismo lugar, durante un lapso definido de tiempo. “Tiene una explosión de violencia personal que está favorecida por la cultura”, contó Moffatt.
Los homicidas de la escuela secundaria de Columbine, inmortalizados por Bowling for Columbine, el documental de Michael Moore, son el ejemplo. El 20 de abril de 1999, Eric Harris, de 18 años, y Dylan Klebold, de 17, mataron a 12 estudiantes y a un profesor. Se suicidaron cuando llegaba la policía.
La masacre del cine en Denver, realizada por Holmes, sería un caso más de este tipo de asesinato.
Perfiles asesinos
El Doctor Ronald Holmes construyó seis perfiles psicológicos de asesinos múltiples, que suelen manifestarse en alguno de los cuatro tipos descriptos.
El visionario. Suele ser psicótico. Mata impulsado por voces que escucha en su cabeza o por visiones que se le presentan. Su acto es desorganizado. Richard Chase, que se sentía vampiro y que mató a seis personas para beber su sangre a fines de los años 70, sería un representante.
El misionero. Siente odio por una población específica que forma parte de su sociedad y quiere erradicarla. El francés Mohamed Merah mató, en 2012, a siete personas entre civiles judíos y militares, supuestamente, en defensa del Islam y contra el judaísmo.
El hedonista. Asesina porque lo excita hacerlo. Es el caso de Buffalo Bill.
El asesino de confort. Mata porque tiene una obsesión con el dinero. Se da en mujeres que coleccionan maridos, a los que asesinan para cobrar la herencia. Es el caso de Henri Désiré Landru, que salía con mujeres y las mataba después de vaciarles la cuenta bancaria.
El amenazante. Quiere sembrar el terror. Deja sobrevivientes para dejarlos marcados toda la vida por el horror y para que puedan eventualmente dar testimonio.
El omnipotente. Mata para mostrar que tiene el control total sobre sus víctimas. Es extremadamente organizado y su obsesión es obtener de ellas el máximo control posible.
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