Según el mandatario francés fueron sus amenazas y las de Estados Unidos las que "forzaron" a Rusia a modificar su posición y buscar un acuerdo, informó la agencia de noticias EFE.
Hollande también aseguró que de haber cumplido con sus amenazas, habría consultado primero a su Parlamento, algo que la oposición le demandaba y que él mismo descartó públicamente varias veces.
Pero en el día de ayer y después de 48 horas de agitadas negociaciones, los cancilleres norteamericano y ruso, John Kerry y Sergei Lavrov, respectivamente, desactivaron la posibilidad de un ataque militar inminente.
Reunidos en Ginebra, establecieron un cronograma para que el gobierno sirio entregue y destruya todo su arsenal químico en menos de un año y bajo la estricta vigilancia de la comunidad internacional.
Como lo hicieron otros gobiernos que apoyaron la posibilidad de una intervención militar en Siria liderada por la Casa Blanca, Francia celebró el acuerdo, pero no escondió su escepticismo.
Por un lado, Hollande calificó al acuerdo firmado por Washington y Moscú como "una etapa importante" y se mostró optimista de que el Consejo de Seguridad de la ONU llegará a un consenso "antes del final de la semana" para transformarlo en una resolución.
Pero por otro lado, el mandatario galo también aclaró que ese texto no es "el punto de llegada" y que cualquier futura resolución aprobada por la ONU "incluirá la palabra sanciones".
"Hay que prever la posibilidad de sanciones en caso de que no se aplique el acuerdo", explicó y, en consecuencia, aseguró que "la opción debe mantenerse" sobre la mesa.
El giro sorpresivo que dieron las negociaciones entre la Casa Blanca y el Kremlin no cambiaron demasiado el discurso del gobierno francés, aunque Hollande sí reconoció por primera vez la participación de radicales islamistas dentro de las milicias opositoras sirias, a las que él apoya desde un primer momento.
"Deseo que Al Assad se marche, pero no se trata de ayudar a los mismos que hemos combatido en Malí o en Libia", dijo en referencia a los yihadistas que operan en ambos países y que se vieron beneficiados por las armas que enviaron potencias occidentales, entre ellas Francia, a Libia para derrocar a Muammar Kaddafi.
El mandatario galo sostuvo que es necesario "una transición democrática" para terminar la guerra civil en Siria y, sin esconder su alianza con la oposición armada, calificó al Al Assad de "asesino" y lo responsabilizó por el ataque con gas sarín del 21 de agosto pasado.
Pese a la distensión que siguió al anuncio del acuerdo de ayer en Ginebra, Hollande mantuvo hoy el tono de dramatismo y urgencia.
"Estamos frente a la tragedia más grave desde el comienzo del siglo XXI", alertó antes de pasar a explicar su política fiscal, uno de los ejes que explica la caída en picada de su popularidad entre los franceses.
Fuente: Télam