Las imágenes de las últimas 48 horas, con un niño tendido muerto en la playa, una mujer tirada en las vías abrazada a su bebé y la inmensa columna de refugiados caminando por una autopista a contramano desde Budapest hacia Austria, lograron doblegar al intransigente presidente húngaro, Viktor Orban, quien hasta hace pocas horas se limitó a confirmar sus políticas contra los refugiados.
Está noche, el ministro húngaro de Gobernación, Janos Lazaar, precisó en una conferencia de prensa en Budapest que los refugiados serán trasladados en un centenar de colectivos que esta misma noche estarán a disposición para que puedan llegar a la localidad fronteriza de Hegyeshalom.
"Pedimos a los inmigrantes que acepten nuestra propuesta", dijo Lazar, quien indicó que, por el momento, no es seguro que estas personas puedan cruzar a Austria, ya que no se conoce la postura de Viena al respecto, informó la agencia de noticias EFE.
Asimismo, explicó que hoy Budapest pidió a Viena una aclaración sobre el trato a los refugiados que se dirigen a Austria, pero no ha recibido respuesta.
No obstante, minutos después de conocerse la postura del gobierno húngaro, el canciller federal de Austria, Werner Faymann, dijo que no dejarán abandonados a los refugiados que se encuentran en camino hacia la frontera con la república alpina, informó la agencia austríaca APA.
"No vamos a dejar abandonados a esas personas en esta situación de necesidad", dijo una vocera de Faymann a esa agencia noticiosa.
La portavoz agregó que Viena coordinará su postura con Alemania, y que el jefe del gobierno austríaco mantendrá mañana una consulta telefónica con su homólogo húngaro, Viktor Orban.
El ministerio del Interior austríaco indicó que ya mantiene contactos con organizaciones de ayuda para abordar la situación si llegan a Austria los cientos de refugiados que llevan días esperando en Hungría para poder seguir viaje hacia Alemania y otros países occidentales de la Unión Europea (UE).
Desde esta mañana, unos 1.200 refugiados que llevaban días esperando en la estación de ferrocarril Keleti de Budapest y sus aledaños para poder subir a un tren que los llevara a Alemania, caminan hacia la frontera con Austria, a 175 kilómetros de la capital magiar.
Al explicar las razones que llevaron a Hungría a dar marcha atrás y proponer llevar hasta la frontera a los refugiados, el ministro Lazar evitó considerar el aspecto humanitario de la situación y se refirió a los problemas de tráfico que causa la marcha de los refugiados porque van por una autopista, mientras que otros cientos de aspirantes al asilo acampan en las inmediaciones de la estación de trenes en Budapest.
"No se puede poner en peligro la seguridad del transporte en Hungría", indicó.
La oferta se dirige únicamente a las personas que se encuentran en la estación y en la autopista, y no a los refugiados que están recluidos en campamentos en diversos puntos del país, precisó el ministro.
Fuente: Télam