"El veredicto sobre las relaciones extramaritales se ha parado y está bajo revisión", ha declarado el ministro de Exteriores iraní, Ramin Mehmanparast, a la televisión estatal en inglés Press TV.
Estas afirmaciones contrastan con las realizadas un día anterior por el hijo de la acusada, que aseguraba que su madre sería ejecutada tras acabar el Ramadán, que fianliza el próximo viernes.
Además, las autoridades iraníes habían denunciado que Sakineh estaba siendo juzgada también por el asesinato de su marido y acusó a las potencias occidentales de defender la puesta en libertad de asesinos.
El caso saltó a la luz tras la campaña iniciada por Amnistía Internacional el pasado mes de julio, acompañada por una carta de su hijo de 22 años pidiendo clemencia para su madre.
En mayo de 2006, Ashtiani fue declarada culpable de mantener una "relación ilícita" con dos hombres y condenada a recibir 99 latigazos, pero posteriormente fue declarada culpable de "relación extramatrimonial" y condenada a morir por lapidación.
Sakineh Mohammadi Ashtiani se ha retractado de la "confesión" que hizo durante su interrogatorio alegando que había sido coaccionada para hacerla.
Dos de los cinco jueces del tribunal la declararon inocente, señalando que ya había sufrido una condena de flagelación y que consideraban que no se había presentado la prueba necesaria del adulterio en la causa contra ella.
Sin embargo, los otros tres, incluido el presidente del tribunal, la declararon culpable basándose en el "conocimiento del juez", un principio de la legislación iraní que permite a los jueces adoptar una decisión subjetiva y posiblemente arbitraria en relación con la culpabilidad del acusado, aún en ausencia de pruebas claras o concluyentes.
El Tribunal Supremo confirmó la condena de muerte el 27 de mayo de 2007. Su indulto pende de la decisión de la Comisión de Amnistía e Indulto, que ya se lo ha negado dos veces.