En otras palabras, los palestinos no podrán entrar a la ciudad vieja a rezar en la Explanada de las Mezquitas, uno de los lugares más sagrados para los musulmanes de todo el mundo. La reacción se hizo sentir de inmediato.
Los comerciantes palestinos y escuelas de la Ciudad Vieja de Jerusalén se declararon en huelga y las estrechas callejuelas de la ciudad antigua, generalmente abarrotadas de gente, estaban esta mañana inusualmente desiertas, aunque igual de tensas que en los últimos días.
Desde el gobierno israelí, el ministró de Transporte y de Servicios de Inteligencia, Israel Katz, alimentó aún más el clima de tensión que domina la región al advertir que si es necesario lanzar una ofensiva militar masiva en Cisjordania como la de 2002, durante la segunda intifada, el gobierno lo hará.
"Tenemos que tomar una decisión, si lo necesitamos lanzaremos una operación Muro Defensivo. Tenemos que endurecer las medidas para ofrecer seguridad a Israel", aseguró en una entrevista con el diario local Maariv.
Desde hace varios meses que la escalada de violencia y tensión entre israelíes y palestinos parece no tener fin y cada vez moviliza a más gente, de uno y otro lado.
Hoy más de 120 palestinos resultaron heridos por la represión militar y policial de las fuerzas israelíes en distintas ciudades de los territorios palestinos ocupados de Jerusalén este y Cisjordania.
Los ataques y la represión también alcanzaron a los paramédicos y empleados de la Medialuna Roja local, que se declaró en "estado de emergencia", según la agencia de noticias palestina Maan.
Al mismo tiempo, un millar de personas salieron hoy a las calles en Jerusalén para participar del funeral de las dos víctimas del ataque de ayer.
Aharon Banita, un soldado de 21 años, estaba con su familia en la ciudad vieja cuando fueron atacados por un palestino. Su mujer y su bebé de dos años resultaron heridos.
Nehemia Lavi, un conocido rabino del seminario Ateret Cohanim, situado en el corazón del barrio árabe de la ciudad vieja de Jerusalén, en la parte este que Israel ocupa desde 1967, también estaba allí con su familia y se dirigían al Muro de los Lamentos a rezar.
El Muro de los Lamentos se encuentra pegado a la Explanada de las Mezquitas, un complejo que alberga la Cúpula de la Roca y la mezquita de Al Aqsa, el lugar más sagrado para los musulmanes en Jerusalén.
Los judíos, en tanto, reivindican ese mismo lugar como su sitio más sagrado ya que allí se levantaba hace más de 2.000 años el llamado Templo de Jerusalén, destruido por el Imperio Romano y cuyo principal ruina es el Muro de los Lamentos.
Desde hace varias décadas que esa zona es un centro de tensión política y religiosa, pero en los últimos meses se convirtió también en el corazón de una escalada incesante de enfrentamientos, represión y amenazas que ya desató una ola de ataques y muertes en el resto de Jerusalén y en Cisjordania.
El ataque de ayer en la Ciudad Vieja de Jerusalén fue apenas el último de una larga lista, que el jueves pasado sumó el tiroteo al auto de una familia de colonos en Cisjordania. Los padres fallecieron en el acto, los hijos no fueron lastimados y el gobierno israelí envió cuatro batallones del Ejército a buscar a los responsables.
Desde la Franja de Gaza, el tercer territorio palestino ocupado y desde hace siete años bajo un bloqueo militar completo, la milicia palestina Yihad Islámica reivindicó hoy en un comunicado la autoría del ataque de ayer en la Ciudad Vieja de Jerusalén y llamó a los palestinos a "vengar los crímenes de los colonos".
Al mismo tiempo, Husam Badran, vocero de Hamas, el partido y movimiento armado palestino que gobierna la Franja de Gaza desde 2006, advirtió que el "pueblo palestino está dispuesto a morir, a ser arrestado y detenido por defender la mezquita de Al Aqsa y disuadir al ocupante", informó la agencia de noticias EFE.
Según las fronteras de 1967, reconocidas por la comunidad internacional y previas a la llamada Guerra de los Seis Días, el futuro Estado palestino estará compuesto por la Franja de Gaza, Cisjordania y Jerusalén este. Dentro de este último territorio se encuentra la Ciudad Vieja de Jerusalén.
Luego que la Jihad Islámica se adjudicara el ataque de ayer, los Batallones Al Quds, su brazo armado, difundió un video, en el que amenazó con lanzar una campaña de ataques suicidas, algo que no sucede desde hace más de una década, cuando la segunda intifada palestina estalló y abrió uno de los períodos de mayor represión del conflicto.
Antes de abandonar Nueva York, donde participó de la Asamblea General de la ONU, y volver a Israel, el primer ministro Benjamin Netanyahu convocó una reunión de emergencia con los principales mandos del Ejército, el servicio de inteligencia y la Policía.
"Estamos en el medio de una amarga guerra para poner fin al terrorismo palestino", sentenció el premier al salir de la reunión de emergencia, según el diario local Jerusalem Post.
Netanyahu además informó que ordenó "acelerar la demolición de las casas de los terroristas, aumentar las detenciones administrativas a aquellos que participen de disturbios y prohibir a los incitadores el ingreso a la Ciudad Vieja y al Templo del Monte (como los judíos llaman a la Explanada de las Mezquitas)".
Cientos de israelíes se habían manifestaron anoche en el centro de la ciudad para protestar contra el ataque palestino de ayer.
"El pueblo pide venganza", gritaron frente a la residencia de Netanyahu, en una expresión espontánea de ira que siente una parte muy conservadora y ultranacionalista de la población israelí.
Fuente: Télam