Con la firma del acuerdo en la base militar italiana Pratica di Mare, a unos 30 kilómetros de Roma, Rusia, antes enemigo de la Alianza Atlántica, pasó a ocupar su lugar en la mesa redonda del "Consejo de Veinte", con voz y voto, pero sin derecho de veto.
"Veinte naciones, de Vancouver a Vladivostok, se sentaron alrededor de una misma mesa para responder a los problemas en donde los intereses comunes reclaman soluciones comunes", afirmó el secretario general de la OTAN, George Robertson.
El acuerdo suscripto hoy y perfilado hace 15 días en Reikiavik tiene como prioridad la lucha contra el terrorismo internacional tras los atentados del 11 de setiembre contra Estados Unidos, que según los expertos contribuyeron a acelerar su firma.
Sin embargo, la declaración prevé también la colaboración de Rusia y la OTAN en otros temas, como el manejo común de las crisis regionales, la no proliferación de las armas de destrucción masiva, el control de los armamentos y medidas de refuerzo de la confianza recíproca, cooperación militar y reforma de los sistemas de defensa.
Asimismo, el nuevo organismo de cooperación defensiva internacional sustituye al actual Consejo Permanente Conjunto, establecido en mayo de 1997 con una finalidad meramente consultiva.
Sentado al lado del presidente español Jose María Aznar y del jefe de gobierno portugués, Jose Durao Barroso, Putin fue considerado, como "un socio igualitario", según declararon la mayoría los jefes de Gobierno y de Estado.
Para el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, la cumbre de Pratica di Mare representa "un hito histórico, porque nace una gran alianza, que supera cincuenta años de desconfianza y una década de incertidumbres". (Télam-SNI)