Entre esa cantidad están incluidos la mayoría de los países sudamericanos, centroamericanos y caribeños, así como México.
México confirmó recientemente su apoyo formal tras versiones que lo tuvieron en el centro de las miradas por estar involucrado en supuestos intentos previos para proponer un candidato norteamericano.
Mientras tanto, Estados Unidos y Canadá no confirmaron su voto pero tampoco dieron señales en los últimos días de que fueran a obstaculizar el camino del uruguayo, indicó la misma fuente.
Cuando la Asamblea General se reúna el miércoles a partir de las 10 (las 11 en la Argentina) en Washington para decidir quién sucederá al chileno José Miguel Insulza podría surgir aún la presentación inesperada de un nuevo postulante, pues así lo habilitan las normas.
Sin embargo, todo indica que quien fue canciller de Uruguay hasta el 1 de este mes logrará su objetivo sin inconvenientes.
El 49no. período extraordinario de sesiones de la Asamblea General tiene previsto también elegir, por la tarde, al próximo secretario general adjunto, que resultará de la votación entre el representante permanente de Guyana, Bayney Karran, y el de Belice, Néstor Mende.
Además de los votos, Almagro cuenta con el aval de más de 500 organizaciones sin fines de lucro que ya manifestaron su visto bueno a sus iniciativas, basadas en un modelo "modernizador" que conduzca a una OEA "unida", enfocada en trabajar sobre la realidad de la región, con más democracia y más derechos humanos, y que además incluya el reingreso efectivo de Cuba a la organización tras cinco años de que culminara la suspensión que le había sido impuesta hace más de medio siglo.
El plan estratégico buscará además una OEA centrada en los pilares de la seguridad ciudadana, la implementación de una escuela de gobierno para la formación de cuadros políticos y de la sociedad civil, la prevención de conflictos sociales, la prevención y gestión de desastres naturales, interconectividad con el Caribe y la creación de una red panamericana sobre la calidad de la educación.
Para lograr ese cambio en los procedimientos que llevan años de aplicación y que en el último tiempo fueron origen de críticas por parte de algunos países, Almagro plantea reformar algunos hábitos y mantener otros, afrontando el gran desafío que significa transformar el bajo presupuesto con el que cuenta la OEA a uno basado en resultados.
En su presentación en febrero, Almagro dijo que de confirmarse su nominación buscará la "convergencia con otros mecanismos regionales y subregionales" como la Celac, la Unasur, la Caricom y el Sica.
En ese sentido, el funcionario llamó a "superar falsos antagonismos", desestimando las versiones que cuestionaron el poder de acción de la OEA en ciertas crisis sudamericanas y que, según esas evaluaciones, dejaron al organismo supuestamente relegado, por presencia y gestión, por la Unasur.
Al contrario, dada la experiencia adquirida como canciller, "Almagro está en condiciones de forjar un mecanismo de cooperación mucho más claro entre la OEA y Unasur", dijo la fuente.
De esa manera, si es electo como nuevo secretario general "tiene la posibilidad histórica de acercar" a esas agrupaciones de países, agregó el informante.
De ratificarse el miércoles lo que en ámbitos diplomáticos ya se da como hecho, Almagro reemplazará a Insulza, quien el 25 de mayo dejará su función tras 10 años al frente de la organización integrada por 35 estados americanos.
Desde que Almagro inició su campaña para el máximo puesto de la OEA a mediados de 2014, dejó atrás al ex vicepresidente guatemalteco Eduardo Stein, que retiró su postulación por cuestiones de salud, así como al jurista peruano Diego García Sayán, que en octubre pasado renunció a la idea por falta de apoyo del gobierno de su país.
En el proceso habían surgido también los nombres de la secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), Alicia Bárcena, y el representante permanente de México ante la OEA, Emilio Rabasa.
Fuente: Télam
