Agregó que los aviones de combate también atacaron áreas de Al Hamad, una región desértica bajo control de los yihadistas situada al este de la ciudad de Palmira, en la provincia de Homs, y que golpearon varios puestos de control del EI ubicados en los alrededores de la ciudad kurda de Kobani, cerca de la frontera con Turquía.
La campaña aérea encabezada por Estados Unidos todavía tiene que detener el avance de los combatientes del Estado Islámico en la ciudad de Kobani, que ha estado bajo ataque por lo menos durante 10 días.
Por los bombardeos, 140.000 personas se han desplazado a través de la frontera desde la semana pasada, en el mayor éxodo desde que comenzó hace tres años y medio la guerra civil en Siria.
Estados Unidos, con el apoyo de algunos países árabes y europeos, está liderando una coalición militar para detener el avance del EI que desde junio controla todo el norte de Irak y gran parte de Siria.
En dichos territorios instauró un califato (no reconocido por la comunidad internacional), un sistema de gobierno en el que el califa se erige como representante tanto del pueblo como del Islam y que debe gobernar de acuerdo a la ley religiosa (sharia).
La actuación del grupo sunnita llevó otra vez al campo de batalla iraquí a Estados Unidos, luego de que en 2011 abandonara el territorio tras casi ocho años de combates; y al territorio sirio, después de que en 2013, con astucia diplomática, Rusia evitara la intervención de Washington en la guerra civil de dicho país.
Los objetivos de los ataques aéreos del sábado incluyeron varias bases militares ocupadas por el Estado Islámico, incluido el aeropuerto militar Tabqa, donde murieron muchos de los miembros del grupo, informó el Observatorio aunque no dio cifras exactas.
El gobierno de Siria, que había acusado a los milicianos de ser agentes occidentales que tratan de derrocar al presidente Bashar al Assad, no se opuso a los ataques aéreos que comenzaron el martes y dijo que Washington notificó a Damasco antes del inicio de la campaña aérea.
Sin embargo, Rusia cuestionó la legalidad de los ataques estadounidenses y árabes en Siria, ya que se llevaron a cabo sin la aprobación de Damasco.
"Es muy importante que se haya establecido la cooperación con las autoridades sirias, incluso ahora que ya es un hecho consumado", dijo el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Sergei Lavrov en el marco de la Asamblea General de la ONU en Nueva York ayer.
Francia fue el primer país occidental en responder al llamado del presidente Barack Obama para unirse a la campaña bélica.
Esta última semana se unieron Australia y Holanda, mientras que Alemania expresó su apoyo a la misión, aunque dijo que no enviará aviones propios.
Bélgica y Gran Bretaña aprobaron en sus parlamentos la participación en la campaña aérea y Londres anunció hoy la salida de dos de sus aviones de combate, para sumarse a la coalición internacional en Irak, informó la agencia de noticias EFE.
En tanto, Turquía dijo que sus tropas podrían utilizarse para ayudar a establecer una zona de seguridad en Siria si se llega a un acuerdo internacional para establecer un refugio para la población que huye de los combates.
El jefe del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, Martin Dempsey, aseguró que los ataques de esta semana en Siria habían interrumpido las capacidades logísticas del Estado Islámico.
Sin embargo, aclaró que para volver a tomar el control de las áreas orientales de Siria hace falta una fuerza de oposición de 12.000 a 15.000 combatientes.
Fuente: Télam