Las autoridades llegaron al lugar luego de que la tía de la acusada notara algo raro al finalizarse el ciclo de 40 minutos de lavado y, al abrir el compartimiento, se diera cuenta de que la bebé estaba adentro.
Pese a los desesperados intentos de los paramédicos, Maggie May no pudo sobrevivir a los golpes y la asfixia que le provocó el lavarropas. “Ni siquiera puedo describirlo”, confesó al diario británico The Sun el acongojado médico que realizó las maniobras de resucitación.
La madre de la criatura, Lyndsey Fiddlers, fue arrestada por consumo de drogas mientras estaba embarazada de la bebé y el servicio de asistencia social había decidido quitarle la custodia de sus dos hijos mayores.
Fiddlers enfrentará cargos por homicidio involuntario luego de que los paramédicos no pudieran revivir a su bebé.
Fuente_ minutouno.com.ar