En pleno trayecto, Francisco volvió a sorprender, se bajó del vehículo y besó la frente de un hombre discapacitado que era sostenido en brazos por un familiar. También besó a varios niños.
La persona en cuestión se trata de Cesare Cicconi, de 50 años. Cuando tenía ocho meses, los médicos le detectaron una esclerosis lateral amiotrófica, una patología que le dejó su cuerpo paralizado por completo, con excepción de una mano que mueve con la ayuda de un mecanismo que lo asiste.
Inmovilizado en una camilla, Cesare presenció la ceremonia en la plaza de San Pedro, donde recibió la bendición de Francisco. "Me dio un beso en la frente y dijo: ´Ora por mí"", detalló el hombre a los medios italianos.
No fue la primera vez que Cicconi mantuvo contacto con el líder de la Iglesia católica. Corría el año 1982 cuando, durante una audiencia privada con los feligreses de la ciudad italiana San Benedetto del Tronto, recibió un saludo del por entonces papa Juan Pablo II. "Soy católico practicante y miembro de Unitalsi (Unión Nacional Italiana para el Transporte de Enfermos a Lourdes y a los Santuarios Internacionales)", explicó. "Además, soy fanático del Ascoli e incluso voy al estadio", confió Cesare.
Cicconi, cuya madre falleció hace pocos meses, es cuidado por su hermana de 43 años, y por sus amigos, quienes fueron testigos del afectuso saludo de Francisco. Ellos ayudaron a cumplir el sueño de Cesare en 2010. "Soñaba con volar, pero que una persona en camilla tome un avión no es tan simple", relató Cesare. "En septiembre de 2010, amigos de Unitalsi y una aerolínea consiguieron que asistiera a la peregrinación nacional de Lourdes", agregó.
Concluido el breve contacto entre Francisco y Cesare, el Sumo Pontífice volvió a subirse a la camioneta y continuó saludando a la multitud que se congregó en el Vaticano para presenciar hoy su asunción formal al frente de la Iglesia católica.
Hoy, los amigos de Cicconi aseguran que el hombre tiene "una sonrisa en su cara", tras el gesto del papa Francisco.
Fuente: infobae.com